¡Cállate, que nos desesperas! por César Lévano (*)
El presidente Alan García cultiva una de las especialidades del aprismo: la oratoria; pero a veces olvida una regla de ésta, que exige el uso de un lenguaje correcto. Su amenaza de arrojar a patadas a los funcionarios corruptos ha asustado a muchos de sus compañeros que viven del Estado y, además, ha disgustado a la mayoría del país.“Ese no es el léxico de un estadista”, nos dijo un aprista que ha desempeñado altos cargos públicos. “Lo peor es que él y Jorge del Castillo, que recurren con frecuencia a las groserías, desacreditan al partido”.No es sólo cuestión de formas. Es de fondo. Hemos escrito más de una vez que en Palacio vive un hombre que habla hasta por los codos, por lo cual no tiene tiempo para pensar. Pero sí se da tiempo para dar empleo a sus amigos políticos que, por lo general, son apristas y, por añadidura, corruptos.En lugar de arrojarlos a patadas (golpe dado con el pie o con la pata del animal), García los premia. Aunque despotrica contra la corrupción en el Banco de Materiales, acaba de nombrar como jefe del Instituto Nacional de Desarrollo (Inade) a Daniel Vera Ballón, que fue presidente de la región Arequipa en una gestión que muchos apristas arequipeños consideran corrupta. Tanto, que la designación reciente ha causado una rebelión interna en el Apra local. Recuérdese que fue tan ineficaz e inmoral ese gobierno que cuando Vera buscó la reelección en el 2006, perdió por amplio margen frente a Juan Miguel Guillén. Vera estuvo acompañado en el gobierno regional por Miguel del Castillo, el hijito del presidente del Consejo de Ministros.Es tan prepotente y partidarizado el nuevo nombramiento, que la juramentación se hizo en el local mistiano del Apra.¿Botará, por otra parte, a patadas el presidente a Omar Quesada, ex secretario nacional de organización del Apra y actual presidente de la Comisión de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri), compadre de Del Castillo y ex presidente de la región Ayacucho?Quesada debiera rendir cuentas en cuanto a los compañeros que designó o protegió en el Banco de Materiales. En su libro reciente La revolución constructiva del aprismo, García estampa: “La economía del mérito y del esfuerzo debe ser el primer paso de la modernización del país”.¿Cuál es el mérito, cuál el esfuerzo de un hombre que, como Quesada, ha pasado la vida en puestos burocráticos del partido y del gobierno?Si el doctor García cree que a punta de patadas puede resolver los problemas de la moral pública va a tener que pasarse años en los locales del Apra, sobre todo en los cursos de oratoria, gastando la punta de sus zapatos.Entretanto, mientras no cumpla ese esfuerzo denodado, sería bueno que mida sus palabras. O que se calle. Su cháchara altisonante y vacía está desesperando a la gente.
(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera
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