Diario de la desocupación
Página 12 - En torno a un poema de Borges
Poema a los Amigos
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuesta para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías. tus triunfos y tus éxitos no son míos. pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomes en la vida. me limito a apoyarte a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar, Pero sí te ofrezco ese espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tu sufrimiento cuando alguna pena te parta el corazón, Pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser. Solamente puedo amarte como eres y ser tu amigo.
En estos días pensé en mis amigos y amigas, No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista. No eras el número uno ni el número final.
Dormir feliz. Emanar vibraciones de amor. Saber que estamos aquí de paso. Mejorar las relaciones.
Aprovechar las oportunidades. Escuchar al corazón. Acreditar la vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo. Gracias por serlo.
Jorge Luis Borges
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuesta para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías. tus triunfos y tus éxitos no son míos. pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomes en la vida. me limito a apoyarte a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar, Pero sí te ofrezco ese espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tu sufrimiento cuando alguna pena te parta el corazón, Pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser. Solamente puedo amarte como eres y ser tu amigo.
En estos días pensé en mis amigos y amigas, No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista. No eras el número uno ni el número final.
Dormir feliz. Emanar vibraciones de amor. Saber que estamos aquí de paso. Mejorar las relaciones.
Aprovechar las oportunidades. Escuchar al corazón. Acreditar la vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo. Gracias por serlo.
Jorge Luis Borges
Son muy pocas las personas que son capaces de cumplir con este precioso poema. De todo corazón he intentado hacer mías unas cuantas de éstas líneas.
Yo, que se lo que es tirar la toalla cuando la amistad se convierte en desconsuelo, y aunque vivo agradecido a quienes me dieron su apoyo y soporte en momentos difíciles siento a veces que no puedo estar a la altura de lo que la sabiduría de Borges nos sugiere y lucho entonces, contra el fantasma, para no rendirme.
Confieso que en muchas ocasiones ha ganado mal el espectro de la decepción.
Ahora son menos las veces porque ya entendí con claridad lo que es realmente aceptar y a veces esto implica dejar ir, permitir y facilitar la experiencia para que las personas crezcan para evolucionar.
Ser amigo es recibir y entender tal cual, sin querernos cambiar.
Alguna vez hasta se han atrevido a sugerirme que no sea tan buena gente porque la gente piensa que ser bonachón es ser un gran tonto. Lo peor es que no me considero un sujeto con semejante virtud.
Mis hilachas en verdad son de lo más bravas y trabajo en silencio para iluminarlas y darles esperanza.
Lamento pues y desde aquí mi rendida excusa para todos aquellos a los que no podré satisfacer cambiando para encajar con su gusto.
Lamento pues y desde aquí mi rendida excusa para todos aquellos a los que no podré satisfacer cambiando para encajar con su gusto.
Tampoco es que sea tan dramático y necesario el cambio.
Eso si, les digo que yo sería muy feliz de tenerlos como amigos, tal como son, bellos humanos perfectos de puro imperfectos.
H.D.P.
(Para Alma Libre que envió generosamente este poema a mi correo y para G. a quien espero ver en el futuro en su verdadera dimensión de ser de luz)