¿Puede un hombre parir? por Fernando Maestre (*)
Nuevamente la prensa nos llena de sorpresas. Ahora nos sorprende con la noticia de que en Estados Unidos un 'hombre' está embarazado. Esta persona, según la nota, nació mujer, pero optó por convertirse en hombre y casarse con una mujer.
La noticia ha recorrido el mundo como aquello impensable, aquello que no puede entenderse. ¿Cómo un hombre puede llevar en su vientre un bebé? Tal noticia contiene un tono de exageración y otro de escandalete. Este hombre no es hombre; es una mujer, con ovarios, trompas, útero y vagina, que durante mucho tiempo se disfrazó de hombre al colocarse hormonas masculinas para atrofiar sus ovarios y estimular el crecimiento de un mini pene. Un día decidió suspender su tratamiento hormonal y volver a estimular los ovarios, que siempre tuvo, hasta lograr que estos, nuevamente, empezaran a producir óvulos. Es en ese momento cuando recurrió a la inseminación artificial hasta quedar embarazada.
Esto nos pone, una vez más, ante la palmaria verdad de que la sexualidad humana siempre está montada sobre un capítulo de imaginación y ensueño. Somos, en nuestra conducta sexual, lo que un día soñamos ser y aquello que nos trasmitieron cuando nos miraban, poco después de nacer. En una mujer que es esperada como varón, que es mirada desde el anhelo de la madre con pena porque no fue hombrecito, esto puede generar el efecto 'sorprendente' de que ella quiera ser el deseo de sus padres y, con la ayuda de la testosterona que se inyecta, aparecer como un hombre, cuando en realidad siempre fue mujer, y el montaje masculino solo fue efecto de la medicina y de las hormonas masculinas.
Si el deseo de esta joven se cumplió en el nivel de fantasía o sueño diurno, al tomar formas masculinas y al constatar cómo sus pechos se achicaban, cómo desaparecían sus reglas y cómo le aparecía una insinuante barba en el rostro, lo cierto es que nunca dejó de ser mujer.
Sus rasgos femeninos se inhibieron artificialmente y se cubrió de características masculinas gracias a la testosterona que se inyectó. Pero la vanidad se duplica, pues ahora, fruto de la ilusión y del desafío a lo natural, "un hombre dentro de poco será capaz de dar a luz".
Cuesta trabajo entender cómo una persona puede cambiar de identidad con la facilidad con que lo hace este ciudadano del mundo. Primero fue una linda niña, luego renunció a su cuerpo de mujer y actuó como todo un hombre al punto de llevar al altar a una mujer y, ahora, vuelve a renunciar a su cuerpo de hombre para convertirse, finalmente, en una mujer-madre. Solo queda pensar que el efecto que genera ver cómo una ecografía practicada en un plató de televisión a un 'hombre' (aspecto de hombre) mostrando en su vientre a un bebé genera un efecto siniestro de angustia.
(*) Aparecido en su columna del diario Perú21
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