12.3.08

ESQUELETOS EN EL ARMARIO por HUGO DEL PORTAL




LA MUERTE LE SIENTA BIEN...


Debe ser todo un problema entrevistar a nuestros amigos, dejar que la cámara capte nuestra profunda simpatía por alguien al momento de someterlo a la rígidez de un cuestionario. Beto Ortíz nos ha demostrado el viernes pasado porque es el, y sólo el, es el arquitecto de sus propios fracasos televisivos al encontrase (y a domicilio) con su queridísima amiga la Dra Martha Hildebrandt. Y es que con todo el respeto que nos produce esta dama -por su notoría y avanzada edad- nada puede justificar el asistir, asintiendo como un tetelemeque, a un discurso tontamente agresivo en donde las poses y frases fascistoides, cavernarias y bastante delirantes de la linguista no encontraron la menor resistencia de un Ortíz fascinado entre los sanguchitos, el pisco sour y posiblemente el cariño de sobrino engreído por la recia tía congresista. Nada justifica los excesos, menos aún los crímenes cometidos por sicarios a sueldo del estado con el cuento de que en esa época vivíamos una guerra. Nada, ni nadie sanamente entendido, puede pontificar las dóctrinas del aniquilamiento que se emplearon en este país en una lid confusa en donde los inocentes tuvieron el mismo trato que los culpables y a los culpables -digamos las cosas claras- ya los habían sentenciado a morir aquellos que creen que la muerte borra la muerte y que la sangre lava la sangre. Los viejos macarras de la moral del ojo por ojo y diente por diente que desangraron el Perú para volver a esta poca estable paz.
La Dra Hildebrandt cree tener el derecho de hacer apología de la Dóctrina del Gaucho Cisneros (un obtuso Generalote educado en Argentina, tristemente célebre por sus ideas recalcitrantes que incluían la desaparición de los insurrectos) si con ello limpia en algo al Reo Fujimori, de ahí que sabe sacarle muy bien el jugo a la libertad de expresión que su lider pisoteó durante once años (ante su complaciente silencio)... pero querer vendernos la tésis de los homicidios necesarios, de los asesinatos válidos es una inmensa mentira que no tenemos por que soportar, más aún cuando la Dra Martha vive del favor estatal que todos le brindamos con nuestros impuestos. Ella debería respetar la investidura que un pueblo -al que ella desprecia con su extraña soberbia- le dió con sus votos. Si de algo le sirve me voy a remitir al secuestro de Aldo Moro por las Brigadas Rojas. La policia capturó algunos miembros de este grupo terrorista. Tal vez si los hubieran torturado se hubiera podido salvar al lider de la Democracia Cristiana. Pero un estado civilizado puede perder un gran hombre como Aldo Moro pero jamás perder la conciencia de una verdadera democracia. Que entienda la Dra Hildebrandt, no tenemos nada que agradecerle al ciudadano japonés, ladrón y genocida que destruyó y mató, física y moralmente este pobre páis. Es hora de que Usted entienda que dejar salir a pasear su lado obscuro -cada vez que un periodista candelejón se lo permite- le hace mas daño a Usted que a nosotros porque con tantos años encima, y con tanta cultura (de la que tanto se ufana) ha derrapado muy cerca de las palabras de Mayta, el personaje de Vargas Llosa, cuando dice que "los intelectuales de este país se sensualizan muy rápido y han adquirido el arte diabólico de poder probar todo aquello en que creen y de creer todo aquello que podían probar". Y eso que todavía esta dama no ha probado, ni creído en nada verdadero. En todo caso, y ya lo dije antes, debe ser esa falsa sensación de paz, esa luz engañosa, esa vanidad, ese juego de poder que atrapó y destruyó a Anakim Skywaker cuando se convirtió en Dark Vader.

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