José Chlimper, quien se ofreció a desalojar a los trabajadores del puerto del Callao (en huelga, para variar) llamándolos "malnacidos" (los calificó así, en cinco ocasiones) premunido de su arma -con licensia de la Discamet vigente- es un vivísimo ejemplo de como cualquier troglodita del promedio Forrest Gump puede ser empresario en este país de fantasía. Pepito: Andaaaaaa!
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HABLA JUGADOR