LA YUCA AMERICANA

TLC: Entre Pablo Milanés y Rafo León por Guillermo Giacosa (*)
Lamento que el TLC no me excite tanto como a otros colegas. Debe ser la edad. "El amor ya no lo reflejo como ayer", dice Milanés después de advertirte que te estás poniendo viejo. En ese mismo tema, el trovador también sostiene: "En cada beso en cada abrazo siempre hay un pedazo de razón".
¿Habrá en el TLC una porción de razón que no alcanzo a comprender? Es posible. Afirman que el árbol no te deja ver el bosque y, en mi caso, los mendigos, desempleados y subempleados de hoy no me permiten ver el futuro maravilloso que dicen percibir los que se miran (a veces sin mirar al país) en el espejo del promocionado TLC.
Inesperadamente, ese talentoso turista compulsivo llamado Rafo León me dio, en la revista Somos, un argumento para calmar mi pena por no excitarme con el TLC:
Dice Rafo: "Modelo sin modelo: Ica, desde que somos el país con mayor crecimiento económico en la subregión, en papeles aparece como el departamento más rico del Perú, con cero desempleo, con una proyección per cápita digna de un tigre asiático, con guarismos de agro exportación que hacen ensalivar los colmillos a los inversionistas. Pues bien, esa misma Ica tuvo que sufrir un terremoto estremecedor para mostrar su verdadero rostro, el de una zona donde se mete y se saca plata en cantidades pero el subdesarrollo más africano sigue viviendo entre mantos infinitos de espárrago, vid y mandarinas. Lo que ha ocurrido allí echa luces sobre el modelo de crecimiento en el que estamos embarcados, cuya característica más notoria es, precisamente, que carece de modelo y que la cosa se reduce a invertir para cosechar y vender y punto, sin que haya por parte del Estado ni de la clase empresarial beneficiada, el menor intento por construir algo que se parezca al desarrollo, por consolidar instituciones, por incrementar la calidad de las condiciones de trabajo, por educar para el futuro".
¿Qué tal? Detrás de la sonrisa turística de Rafo se esconde un temible Torquemada combatiendo la herejía de la estupidez, la superficialidad y la improvisación. Aunque de hábitos más liberales que el inquisidor medieval, no deja pasar una y es preciso y poético cuando dice: "El subdesarrollo más africano sigue viviendo entre mantos infinitos de espárragos, vid y mandarinas". No pude evitar, yo que anduve varias veces por África, ver a esos negritos con la panza hinchada por el hambre y la desnutrición, no pudiendo inclinarse para coger un espárrago, ni alzarse para alcanzar una mandarina. Y la figura es cierta porque, antes de que el terremoto desnudara la miseria y la imprevisión de un modelo que solo busca el beneficio económico, el día a día en la otrora apacible y ahora tumultuosa ciudad de Ica respondía a la cotidianidad de los que ganan menos de lo necesario para vivir. La puesta en escena de un desarrollo que no será tal si no se invierte en educación y salud y se dan salarios dignos.
Dudo que el TLC traiga esas ventajas. Traerá otras, pero serán las mismas que, a la larga, solo disimulan las que consagran la riqueza de los ricos y el desamparo de los pobres.

(*) Aparecido en su columna del diario Perú21. De imprescindible léctura.