19.11.07

DESLENGUADO POR ENCARGO








El mal hablado por César Lévano (*)
Jorge del Castillo es un insultador empedernido. La última de sus injurias estuvo dirigida contra la CGTP, a la que acusó de estar financiada por petrodólares de Hugo Chávez.La especie me hizo recordar los días en que Eudocio Ravines “descubrió” que Cuba pagaba a todos los intelectuales, periodistas y políticos que no estaban de acuerdo con el gobierno de Manuel Prado (segundo período). La supuesta revelación se acompañó con la lista de las cantidades de dinero que cada cual recibía. Si no recuerdo mal, el filósofo Francisco Miró Quesada aparecía cobrando cien soles mensuales.Era una patraña que causaba más risa que cólera. Por lo demás, Ravines era un renegado y un provocador a sueldo de la embajada de Estados Unidos, y también de otras sedes diplomáticas. Recuerdo cómo empezó a atacar a la agencia de noticias France-Presse, cuyo director en Lima era Albert Brun. Brun cortó por lo sano. Llamó a Ravines por teléfono y le gritó: “¡Hijo de puta: si sigues con tus ataques voy a pedir que la embajada de Francia te corte la subvención!”.Santo remedio. La calumnia cesó. A Del Castillo no hay quién lo calle. Por el momento. Pero no por gusto aparece como el ministro más repudiado (59% de desaprobación).No sería mala idea si alguna de las instituciones ofendidas por el presidente del Consejo de Ministros acude al Poder Judicial para acusarlo por injuria, difamación y calumnia. El Código Penal contiene definiciones y sanciones precisas al respecto.A menos, claro está, que Del Castillo tenga pruebas sobre el acarreo de dólares. A lo mejor él ha visto cómo los descargan de un submarino en Chimbote los días jueves, a las cinco de la madrugada.¡La imaginación al poder! doctor Del Castillo.Temo, sin embargo, que mi jaculatoria sea inútil. Los reaccionarios de todo pelaje suelen carecer de fibra imaginativa, así como de humor. Celebérrimas son estas frases del facistoide y corrupto político italiano Silvio Berlusconi antes de las elecciones de 2006: “Lean el ‘Libro negro del comunismo’ y sabrán que bajo la China de Mao no se comían a los niños, sino que los hervían para abonar los campos”. “Nadie puede compararse conmigo ni en Europa ni en el mundo”. “Soy el Jesucristo de la política, una víctima paciente que se sacrifica por todos”. “Sólo Napoleón hizo más que yo, pero de todas maneras yo soy más alto”.La egolatría de Berlusconi se parece a la del socio de Del Castillo. Ambos practican estafas de talla. Pero sería bueno que el premier, en lugar de derrochar insultos, explicara qué hay de cierto en esos proyectos de ley que él ha firmado y que buscan entregar dos millones de hectáreas de la Amazonía a Dionisio Romero aunque con ello se barran la biodiversidad y los derechos de las comunidades nativas.


(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera

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