Peruanos son los menos felices de Latinoamérica
Según estudio, los guatemaltecos son los más felices, seguidos por los colombianos y los argentinos. Asimismo, el informe indica que los chilenos son los menos amistosos de la región.
Los peruanos son los menos felices de Latinoamérica, según consta en la Encuesta de Cohesión Social en América Latina, realizada por el Cieplan de Chile y el Instituto Fernando Henrique Cardoso de Brasil.
El estudio, realizado entre 10 mil personas de la región, no indica las razones por las que la población de Perú se siente poco contenta, sin embargo, consigna a los guatemaltecos como los más felices aún cuando su ingreso per cápita es el más bajo de todos los países analizados.
Les siguen los brasileños, luego los colombianos y los argentinos. Chile supera levemente a México.
Como los "nítidamente menos amistosos de la región" fueron definidos los chilenos, pues cuando se preguntó sobre la cantidad de amigos que tenían, los chilenos se ubicaron en el último puesto con respecto a los otros países latinoamericanos.
Según las cifras, un chileno solo tiene en promedio 4 amigos cercanos, mientras los guatemaltecos y brasileños casi doblan el número con un promedio de 7. Los argentinos y colombianos dicen tener 5.Los argentinos son quienes más confían en la mayoría de personas mientras que los brasileños son los más desconfiados, seguidos por los peruanos y chilenos.
La encuesta también dibuja un perfil poco tolerante del ciudadano chileno. Cuando se les preguntó respecto a si les incomodaría que sus hijos se casaran con alguien de una clase social más baja que la suya, el 29% respondió que "mucho" y "algo". El 27% dio la misma respuesta a si les incomodaría que sus hijos tuvieran un amigo homosexual.
La muestra de la encuesta fueron 10.000 personas entrevistadas en las grandes ciudades de Argentina, Brasil, México, Perú, Colombia, Guatemala y Chile entre marzo y abril pasado.
La felicidad siempre ha sido una tarea pospuesta en el Perú. Pareciera que alcanzarla nos costara un esfuerzo sobrehumano. La mayoría de ciudadanos de esta noble tierra del sol son fatalistas y derrotistas por convicción y han aprendido a aceptar la atrocidad de la vida con una especie de sangre helada que revela un conformismo fatal, ya que no se aspira a nada porque nada se merece y si nada se merece no hay trabajo material o espiritual que nos lleve a las puertas de la felicidad. La felicidad es un fin, no como soy feliz, jaja, sino como la consecución de una armonía que nos concilie internamente, que nos de equilibrio, paz, amor y sobre todo conciencia. La felicidad, carajo, es un derecho.
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