Cuba calificó hoy de "otro duro golpe" para el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su "debilitada administración" la renuncia del presidente del Banco Mundial (BM), Paul Wolfowitz.
"El anuncio de la próxima renuncia del presidente del BM significa otro duro golpe para la debilitada administración Bush", afirma el diario oficial "Granma" en una nota con el título de "Otro gorila al horno".
El órgano del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) opina que "la caída de Wolfowitz confirma el desplome o marcado deterioro de cuatro de las más importantes figuras de la máxima jefatura política norteamericana".
"Antes fueron los sucios manejos empresariales del vicepresidente Richard Cheney, la renuncia del jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, y un escándalo que involucra al secretario de Justicia, Alberto Gonzales", añade.
El Consejo Ejecutivo del BM aceptó el 17 de mayo la dimisión de Wolfowitz como presidente del organismo financiero, que se hará efectiva el 30 de junio, después de un escándalo por un presunto caso de tráfico de influencias para favorecer a su novia.
En opinión del diario, "el alto funcionario estadounidense sale en medio de un sonado escándalo. No por su pasado neofacista, en total silencio, sino porque le multiplicó el sueldo a su novia".
"Granma" describe al saliente presidente del BM como "una formidable muestra del equipo ultraderechista que gobierna en Washington" y señala que "durante más de 30 años participó en equipos civiles del Pentágono y su actividad política y universitaria le permitió figurar como un allegado teórico de la Casa Blanca".
Creo que nadie -que me conozca- podría dudar de mi eterna simpatía por el hermano pueblo de Cuba y de mi admiración por su revolución, ahora tan maltratada y tan venida a menos, y lo digo con muchísima pena por el cariño que siento por Fidel y su gobierno que siempre vi como el último bastión de los mejores deseos de una sociedad, al menos más equitativa. Claro el tiempo (irónico jugadorzuelo) convirtió a esta isla en un flor marchitada, en los mústios pétalos de la utopía. Los que escriben en Granma nunca hablan de los balseros o de las prisiones llenas con presos de conciencia,o de la persecución a los homosexuales. A ellos les parece que la caída de un funcionario que usaba las medias con huecos y al que -¡oh que extraño!- le descubren el nepotismo de la lascivia, va a mover los sólidos cimientos de la ultraderecha mundial. Wolfowitz era un peon más, su importancia en el juego de los intereses creados es mínima. Era como todo cavernario burgués, un sinverguenzón presto a servir a las conveniencias del poder. Y nada más, cae así tan fácil porque era descartable, desechable y reemplazable. Y su caida es sólo parte de la optimización del sistema. Paul se había vuelto descuidado, y ahora se va a descansar y a vivir de la fortuna que ha amasado como eficiente servil. En cuanto a Cuba, la cándida expresión de Granma y su ya envejecido gobierno redactor de primicias sólo quedan -aparte de los endiosados turistas- las jineteras soñadoras esperando una noche mejor, y algunos ilusos de añoranzas que son los que desean que Cuba vuelva al redil de los progresistas de verdad. (O sino Fidel será el próximo balsero).
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