3.5.08

REDOBLE POR MELISSA



Melissa Patiño sigue presa por Rosa María Palacios (*)
Creo, aunque me puedo equivocar, que no hay partido político en el Perú que haya sufrido más que el Apra. Miles de militantes muertos solo por expresar sus ideas socialistas y revolucionarias. Asesinados extrajudicialmente a lo largo de décadas, resistieron las matanzas de Chan Chan y la demencia de Sendero Luminoso pagando una cuota extraordinaria de sangre. Acusados de ser terroristas y de pertenecer a organizaciones políticas internacionales, los apristas fueron proscritos de la política peruana. Perseguidos, cientos de sus militantes vivieron en la clandestinidad o el exilio y otros cientos pagaron con cárcel su derecho a pensar, a asociarse y a participar en elecciones.
Un partido hecho a la sombra de sus mártires y sobrepuesto al infortunio que vivieron los padres de los que hoy gobiernan ¿puede haber cambiado tanto? ¿Tanto como para olvidar que las banderas equivocadas que algunos levantaron pueden ser hoy levantadas por otros sin que eso signifique cometer delito? Ellos, que vivieron en su propia carne la persecución de regímenes dictatoriales, ¿hoy permiten que una jovencita sea encarcelada por acompañar a un grupo de ultras en una marcha?
Los actos necesarios para cometer cualquier delito están descritos con claridad en la ley. Si la Policía y la Fiscalía fallan en probar que la conducta de una persona se ajusta a esa descripción, esa persona debe ser liberada de inmediato.
He leído el auto de apertura de la instrucción de Melissa Patiño y, con lo que hay ahí, cualquier persona que critique a George W. Bush tendría que estar en la cárcel. No hay un plan de ataque ni la organización de un centro de adoctrinamiento en terrorismo, ni nada que se le parezca, que pueda vincular a esta detenida con cualquier acto presente o futuro de subversión.
No hay siquiera una militancia probada. Si la hubiera, ser comunista puede ser peligroso, sectario y hasta estúpido (lo cual creo firmemente), pero no es delito. Los partidos de izquierda en el Perú tienen registro ante el JNE y participan en elecciones. La militancia no está prohibida y, mucho menos, la libre expresión de las ideas. Todas las ideas.
La democracia, por la que tanto hemos luchado, se fortalece cuando tiene mecanismos de defensa que le permiten ser tolerantes con las minorías, excepto con aquellas que quieren acabar con ella. Acaban con ella los que dan golpes y los que quieren tomar el poder asesinando a mansalva. Pero no olvidemos que también la debilitan los que no permiten la discrepancia, aunque sea incómoda o detestable.


(*) Aparecido en su columna del diario Perú21. Desde que concurre a este humilde blog, Rosa María Palacios anda inspirada.

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