5.5.08

ESQUELETOS EN EL ARMARIO por Hugo Del Portal


LA DOBLE MORAL, POR SUPUESTO


En el Perú la doble moral se está convirtiendo en un estilo de vida. Yo conozco unas lobas que la pegan de honestos y también algunos honrados que quieren pasar como tremendas balas. Y es que aquí hay que saber estar bien con Dios y con el diablo.

La sinvergüencería, la estafa, la cutra, el despojo, el cinismo son demonios que se exponen en cualquier mediodía miraflorino. Ahora salen al sol como si nada. ¡Afuera las caretas carajo!, mostremos nuestro lado más ruin. ¡Esta es mi hilacha!.

Y como somos parte de una muy pendiente aldea global estamos colgados a la red -mismo The Matrix- cada vez menos suceptibles al asombro. Y vemos como la compañia Disney ( la de los dibujitos pelotudos del Pato Donald y el Ratón Mickey) acaba de lanzar un catálogo de lencería para adolescentes usando niñas como modelos con lo que han conseguido (*), exacerbando la lascivia latente en ellos, que los pedófilos estén más alborotados que de costumbre ¿Es así como Disney se preocupa de los niños; su público más objetivo? ¿Era necesaria esta exposición casi infame? ¿Nos acechará el trasnacional fantasma subliminal de siempre?

Lástima el encontrarse congelado para un futuro que nunca le llega, Walt podría estar contando los millones que produce esta especie de "vale/todo" en que los respetables negociantes de su emporio han convertido al mundo en nombre de la felicidad de los infantes. La doble moral, por supuesto.

Siempre hemos dicho -y lo sostendremos- que la pena por un delito cometido es la privación de la libertad. No debería existir el término cárcel dorada porque sino tendríamos que dar por aceptado resignadamente que hay una prisión con diferentes tipos de reclusorios según el bolsillo del inculpado (lo cual, por desgracia, es un hecho) y que a la pena de perder la libertad y los derechos civiles le tenemos que sumar el horror del hacinamiento y las condiciones casi animales que sufrirá quien caiga en manos de la justicia. Así no juega Perú.

Se sigue midiendo al ser humano por el dinero con el que este sostenga su humanidad, de tal forma que los mas propensos a la delincuencia serán siempre -casi por naturaleza- los que no tienen acceso a la educación y que corroídos por la estrechez y la miseria terminan por delinquir para ser parte de un círculo recontra vicioso. Y decimos esto porque se ha venido hablando de los aparentes beneficios de recluso VIP de los que goza el Sr Fujimori y sin que nadie le de vela en el entierro ha salido veloz en su defensa nuestro primer ciudadano, el Presidente de todos los peruanos y el defensor de la independencia de los poderes del estado ha repetir la cantaleta bastante pesadona con la que nos cuenta que el no sabe odiar (que lo digan los periodistas detractores que padecen sus sentencias de muerte civil o quienes son víctimas de sus exabruptos verbales, o quienes, como Melissa Patiño libran cana siendo inocentes) que el fue un perseguido durante el golpe de estado del Sr Fujimori (persecución posterior a varias votaciones oficialistas del congreso que impidieron que se les investigue y juzgue por algunas matanzas ocurridas durante su gobierno) y que huyó por los techos (huida que permitió la prescripción de sus juicios durante el maridaje de su exilio francés) y que el había sabido perdonar (ahora vemos como se han perdonado con sus doce apóstoles)
¿Alguien lo escuchó protestar por el 90% de la población penal del país que están permanentemente en una situación de verdadero y cruel espanto? Nadie. Esa gente no vota, ni tiene parlamentarios, ni secretos comprometedores.
La doble moral por supuesto. Y quien mejor la maneja y administra es de quien se espera -al menos- el buen ejemplo. Entre los fenicios de la Disney y este nuevo conservador y práctico (como el chanchito) presidente que nos gobierna para beneficio de si mismo y sus amigos, ( y socios, allegados, compañeros, etc) hay pues una gran coincidencia.
(*) Fotos y comentarios en el Blog de la tele.

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