Bombardeando bodas, embajadas, hospitales, etc. por Guillermo Giacosa (*)
Alguien, en su sano juicio, puede imaginar una guerra que, después de cinco años de iniciada, necesita aún realizar bombardeos desde el aire en la misma ciudad en la que habitan las autoridades máximas de los supuestos vencedores de la contienda? El sábado último, un hospital situado en el barrio llamado Ciudad Al Sadr, de la ciudad de Bagdad, resultó dañado por un ataque aéreo gringo que ha dejado al menos 20 heridos, entre los que se contabilizan mujeres y niños.
La prensa no puede evitar informar sobre el ataque, pero en ningún momento se pregunta cómo, a esta altura de las circunstancias y cuando se pregonan importantes avances, se sigue utilizando la aviación en zonas urbanas habitadas, como es lógico, por población civil. Los daños, además de los humanos, que seguramente son minimizados, incluyen nueve ambulancias, 40 carros particulares y varias dependencias del hospital.
Según el Ministerio de Interior iraquí, la operación ha respondido al lanzamiento de al menos seis cohetes de los milicianos chiitas desde áreas cercanas al centro médico.
"Confirmamos haber realizado esta mañana una incursión en Ciudad Al Sadr. Los objetivos eran elementos criminales conocidos. (Quizá en ese momento se estaba mirando al espejo). La evaluación de los daños está en curso", reconoció, también, un portavoz del Ejército de EE.UU. Hay que agregar que en Ciudad Al Sadr fallecieron, entre el viernes y el sábado, 25 personas y hubo más de 60 heridos.
Los gringos no solo no encontraron armas de destrucción masiva en Irak sino que también descubrieron que sus armas inteligentes son tan taradas como los bárbaros que las manipulan y como los delirantes que se lanzaron, alimentados por su gula petrolera, a esta aventura genocida. Si se tratara de una potencia menos arrogante e inmadura, podríamos esperar que, luego de haber bombardeado "por error" la embajada china en Belgrado, bodas en Afganistán e Irak y un hospital en la misma ciudad en la que se asienta su embajada búnker y el gobierno títere impuesto, se evaluaría utilizar otros métodos menos letales para la población civil que el bombardeo aéreo. Pero no. Los muchachos del tejano insisten porque saben que de ese modo pierden menos soldados y, por tanto, el costo político en el interior de los EE.UU. es menor. ¿La muerte de mujeres, niños y ancianos importa? No, para la ideología oficial de los gringos que ocupan la Casa Blanca, frente a la maldad del "terrorismo" es el precio a pagar y, si lo pagan otros, mucho mejor. Busqué la información en la edición digital del New York Times y ni siquiera se menciona esta noticia. Anuncia que el Pentágono aumentará sus efectivos en Afganistán y, respecto al mundo, subraya la elección del nuevo alcalde de Londres, la muerte de 22 niños en China, etc. Del bombardeo equivocado a un hospital en Bagdad, ni una palabra. ¿Descuido, desinterés? Vaya a saber cuánto vómito político y económico habrá detrás de este silencio. Quizá la noticia llegue una vez que el Pentágono haya armado la información de acuerdo con sus intereses.
(*) Aparecido en su columna del diario Perú21
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