Palabras, palabras, silencios por César Lévano (*)
La V Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea ha terminado sin pena ni gloria. Sin pena porque no ha habido encontrones verbales. Sin gloria porque se han repetido las frases y promesas de siempre. Sorprendió que en su discurso inaugural el presidente Alan García dijera que no hay “ninguna ley natural inevitable, ninguna fuerza diabólica que nos pueda expulsar de la tierra o condenar al fracaso. Siempre la inteligencia, la ciencia, la tecnología y la organización humana podrán más que los obstáculos que se presentan a nuestra especie”. Aludía al calentamiento global.Y lo dijo el presidente de un país cuya capital es Lima, que, según estudios científicos, puede desaparecer, no por un diluvio, sino por la falta del agua que hoy suministran nevados a punto de desaparecer.García se suma así, sin la franqueza debida, al intento de Bush y las grandes corporaciones de Estados Unidos que pretenden que, en realidad, el calentamiento global no es una amenaza tan grave. Entre los obstáculos que se presentan a nuestra especie está, precisamente, la política del país que más contamina al planeta y que se niega a suscribir compromisos como el Protocolo de Kyoto, que fija metas para enfrentar ese mal. El nombre de ese país no fue mencionado por García.García pidió, en frase que recordó sus ideas de 1985 sobre la deuda externa, que Europa condone la deuda de nuestros países. La proposición es buena; pero, como la de 1985, parece destinada al fracaso.La Declaración de Lima suscrita en la Cumbre incluye algunos aspectos positivos, aunque sólo sea, precisamente, en el nivel declarativo. Por ejemplo, cuando reafirma la decisión de defender “la igualdad soberana de todos los Estados, respetar su integridad territorial e independencia política”. El texto favorece, sin duda, al régimen de Evo Morales.La Cumbre sirvió, asimismo, para que Rafael Correa y Evo Morales señalaran que ni Ecuador ni Bolivia aceptan ningún acuerdo comercial mientras Europa busque imponer los términos de la negociación y no flexibilice las políticas migratorias.José Ramón Machado, primer vicepresidente de los Consejos de Estado de Cuba, ofreció en la Cumbre este dato revelador: “Si la Unión Europea destinara a apoyar la construcción de obras sociales en América Latina y el Caribe el 10% del dinero que cada año destina a gasto militar, al menos 30 mil millones de dólares anuales podrían ser utilizados para construir escuelas y hospitales en nuestra región.”Lo dijo en nombre de una isla sometida al bloqueo imperial y que, sin embargo, tiene 23 mil becados extranjeros estudiando medicina.Resulta irónico que García se proclamara defensor del medio ambiente. Olvidó que ha apoyado con pasión a empresas mineras que contaminan y envenenan aguas y vidas.
(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera
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