29.6.08

BATALLA DE NUNCA ACABAR






La batalla por la democracia
por Jorge Bruce (*)
Acaso el gran debate actual en la sociedad peruana sea el de la relación entre el crecimiento económico y la democracia. Los hay quienes piensan que el primer aspecto trae automáticamente el segundo. Es decir, en una sociedad con crecimiento económico sostenido es más factible la democracia, sino es una consecuencia automática. Hay quienes piensan, por ejemplo, que el racismo es combatido más eficazmente mediante el mercado que a través de la educación o la aplicación de la ley. Pero este axioma está siendo cuestionado por la realidad, tal como lo indica el último informe del Banco Mundial (BM) sobre la cuestión de la gobernabilidad. Su conclusión, publicada esta semana, tras una década de fuerte crecimiento mundial y el escrutinio de cerca de 200 países, es de un frío escepticismo: "No hay ningún signo que permita concluir que la gobernabilidad ha mejorado en el mundo". Dicho estudio toma en cuenta una serie estandarizada de parámetros (los resultados, incluido el Perú, pueden consultarse en: Worldwide Governance Indicators, 1996-2007).
La mayoría de estudios económicos -observa Eric Le Boucher, comentando la publicación del BM en el diario Le Monde-coinciden: importar la democracia occidental no aumenta la velocidad del crecimiento (caso de China). Entonces, ¿para qué seguir recurriendo al antiguo modelo griego? Aunque no lo digan explícitamente, en el Perú hay mucha gente, en los extremos del espectro político, que suscriben esa hipótesis autoritaria: desde los nostálgicos de Fujimori hasta los adeptos del antisistema, el fascismo tiene el porvenir asegurado en nuestro país. Si no como modelo hegemónico, sí como riesgo latente permanente. No obstante, observa el economista francés, cuando se cruza la variable de crecimiento con la de gobernabilidad, el citado estudio llega a conclusiones interesantes. En su batería de criterios, el BM distingue democracia política (elecciones libres, estado de derecho, libertad de prensa.), democracia económica (eficacia del gobierno, imperio de la ley, libertad de contratación.) y lucha anticorrupción, a menudo olvidada, como nos consta. Le Boucher recurre a un ejemplo provocador: durante el período colonial, los navíos mercantes o militares, gobernados por un férreo capitán-dictador, casi siempre salían derrotados por los piratas, en los cuales imperaban regímenes de asamblea, con una división racionalizada y equilibrada de los botines incautados.
Hoy que despuntan una serie de conflictos en el horizonte peruano, es el momento de estar vigilantes contra las amenazas autoritarias que rebrotan como hongos después de la lluvia: cuando el presidente azuza al pueblo de Puno contra sus autoridades o cuando el ministro de la Producción afirma que no le importa la opinión de los dirigentes sindicales. Pero igualmente esquemático y autoritario es el pensamiento de ciertas plataformas de lucha política, donde se recurre a un lenguaje maniqueo y arcaico. De la "telaraña marxista" al "neoliberalismo salvaje" se escucha una mutua incomprensión, un diálogo de sordos, ideal para socavar la gobernabilidad, en pleno auge económico. Pese a que hay excepciones y recaídas, la democracia, el respeto del estado de derecho, la libertad de prensa, la transparencia, en suma, el modelo humanista conduce a largo plazo a un mejor Gobierno, a una economía más estable y a una prosperidad más compartida. Esta idea es preciso defenderla en la batalla por la democracia, título de un conversatorio en torno a estos escenarios de la vida peruana, que se realiza este martes en el Centro Cultural de la PUCP, a las 7 y 30 de la noche, entre Julio Cotler, Fritz du Bois, Guido Lombardi y el suscrito. La entrada es libre, pero los piratas deberán mostrar patente de corso.
(*) Aparecido en su columna del diario Perú21.

Como siempre: impecable y magnífico artículo de Jorge Bruce.

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