9.7.17

DIARIO DE LA DESOCUPACION

Uno siempre es mas como quien mas le necesite.
Página 50
Aunque suele parecer todo lo contrario, no juzgo el estilo de vida de los demás, si la gente cree que llegará, a buen puerto, en el lago de las ilusiones, con el tip del cinismo, la trampa, la pendejadita, o la canallada en suma, les aseguro que caminan por hondonadas peligrosas y que así como todos somos libres para actuar (por libre albedrío) las consecuencias de nuestros actos son compensadas por leyes universales inapelables. No hay Karma sin devolución.
La fuerza de lo superior radica en lo impávido que suele parecer al respetar las leyes y sus consecuencias, en las cuales nunca interviene.
A mis amigos que juegan en esta lides son a los que mas acepto y comprendo, y en verdad como tengo una cara impuesta de hombre serio a mi nunca me han propuesto nada interesantemente truculento, así es que soy medio asperger y digo cosas mal pensadas y a veces me parezco al personaje de Jack Nicholson en Mejor imposible.
Pero, como todos, tengo mis demonios chicos, medianos y grandes (que asoman al primer descuido) y ellos saben mejor que nadie, que a quienes estimo y quiero los cubriría con la fuerza aterradora del afecto que les tengo, así hayan matado a alguien. 

Porque soy un focking incondicional
Aunque esas cosas se descubran a la flor de las copas, o en el calor de las pasiones, uno siempre es mas como quien mas le necesite.


HDP

8.7.17

DIARIO DE LA DESOCUPACION

Reacciones postergadas. 
Página 49

Yo creo que uno sabe en el fondo cuan necesario es manejar a tiempo los instintos, y que la corazonada o suposición suele ser, a veces, una llamada sin contestar del inconsciente colectivo.
Enardecerse es casi necesario, decir bajo cualquier forma (a veces hasta de mala manera) estoy harto! es necesario y vital.
Ese serenity now te llevará al all crazy en algún momento.
Para mantras serios y para evitar un posible infarto no crean en los cuentos de las filosofías modernas (eso del auto contrólate) que no hace mas que obligarte a aceptar un desacuerdo y a bajar la cabeza ante el cinismo y la iniquidad.
Tenemos derecho a putear (y a conchamadrear) mas allá de lo que nos quieran contar los pezzonavantes de las iglesias (ahora) económicas y los vetustos macarras de la moral fingiéndose sensiblemente profundos.
Si, tan profundos como un plato de sopa.
HDP