3.3.15

LA MEJOR FORMA DE ESCRIBIR UNA DISCULPA


DIARIO DE LA DESOCUPACIÓN-
Pagina 32 - LAS DISCULPAS DEL POETA

Para quien suele vivir en estado de equivocación el asunto es muy sencillo, el solo acto de pensar (mal o bien) trae implícita la disculpa, osea ya esta en el paquete. 
No es que nos neguemos a aceptar errores (vivimos del y en el error) Es mas,  un escritor tiene suerte si no tiene que disculparse, la disculpa es el acto de destruir lo que hayamos escrito. 
Publicable o no, no hay forma de dar marcha atrás, solo el borrador, o la opción eliminar la publicación nos permite unos segundos de impunidad. De una falsa impunidad. 
Juzgados somos todos, los juicios son pesados como los parpados del poema de Benedetti (pesados como juicios) 
En una sociedad en donde no hay responsables por las cosas graves que conlleva el sistema, es patético y hasta ridículo pedir satisfacciones por opiniones que suenen vulgarmente machistas y tienen como referente un nombre. 
La generalidad no entra en esta categoría, y lo que se juzga no es el que sino el como, no es el fondo sino la forma. Y eso de viene de escalas valorativas distintas.
Es lo mismo decir, la señorita fulana tiene un hermoso derriere que escribir que tiene un rabo hermoso, hay una distancia de afeminamiento y huachafería y por el otro lado, de soecidad. 
Discúlpame, dice el poema de Cohen, si no me enamore de tu espíritu o de tu conversación. 
Caí rendido a tus pies cuando pude ver tu hermoso trasero. 
Algo así comente y he provocado las santas iras de las damas en base de cincuenta, que hasta han amenazado con no participar en los divertimentos grupales sino se me excluye de los mismos. 
No creo que se refieran a generalidades porque eso si sería de cuerdo de atar, de las que no me imagino siquiera buscando reparar en meditarlas. Tendría que andar esquivando a la gente por las calles. 
Los poetas nos disculpamos con un verso, y con eliminar lo escrito que es algo así como arrancarse el tiramisú de limón del cuerpo, pero si resulta tan importante, invierto en dos palabras: mil disculpas. 
En cuanto a las reuniones, descuiden , tengo prohibido por el medico (al que no hago caso) la ingesta de bebestibles espirituosos, y muchas cosas pendientes por lo que tengo pensado deprivar de mi augusta y enaltecedora presencia a mis condiscípulos del setenta y seis. Sin resentimientos.
La verdad es que tampoco me inspiran cosas nuevas. Uno siempre quiere mas a alguien, que a otro, son cosas irremediables de estas inconsciencias de la afinidad.
Por lo demás, salvo un par de buenas conversaciones, yo tampoco soy de los que dan mucho.
Amo mi soledad, me auto margino por vocación y si en este país no se es resentido social entonces se es un vano, un esnobista y un tonto. Definiciones en las que no pienso aterrizar. 
Dicho lo dicho y sin mas posibilidades de redención dejo estas líneas para quien se interese en leerlas, para que sepa que tras esta mascara Hipster, hay un ser que peca de resacas al escribir. 
Paz y amor como en los idos setenta. 
HDP