El efecto Jazz en San Isidro
Por Joaquín Páez
Desde hace unas semanas los rancios y aristocráticos vecinos de San Isidro están siendo bombardeados por unas notificaciones de cobranza coactiva que la autoridad municipal les anda enviando, interrumpiendo la noble pitanza de quienes alguna vez, cegados por el resplandor de galán de país en vías de desarrollo que tiene Cristian Meier, votaron por Don Antonio, confiados en que por ser el daddy del Zorro, iba a manejar los destinos distritales con el mismo animo del antiguo justiciero.
Nadie podía suponer que Don Alejandro De la Vega terminaría por convertirse en el Capitán Monasterio.
No es que tenga algo de malo reclamar y presionar por el pago de los tributos (algo que nunca pasaba en esa jurisdicción en donde la gente puede pagar puntual) sino que le sumamos a los tributos, las moras e intereses respectivos y además, tomen nota, unos gastos de cobranza judiciales que mas que leoninos son pirañescos.
Más o menos 200 mangos adicionales por cobranza con lo que tenemos que suponer que el encargado de las cobranzas debe ser uno de los estudios (bufetes) de abogados más caros de Lima. ¿Nakasaki, again?
Así –en esos términos- y con la crisis azotando el mundo por todos lados, nos preguntamos si el Alcalde en verdad es tan “inteligente” como dicen las malas lenguas (que da escalofríos) o que alguien ha estado jugando en la bolsa de valores con la plata del recojo de desperdicios y ha perdido hasta los calzoncillos Boss. Entenderíamos las prisas y hasta el cuajo de facturar doscientos morlacos por una notificación en medio papel bond manchado de sellos. Pero si esta actitud obedece a miedos o temores y se trata de jugadas de prevención por un posible efecto jazz en la economía nos parecería de lo mas desconsiderado para con sus contribuyentes a quienes les llegó a vender en campaña el truco de prometer regar los parques con agua del caño y no servidas (aunque esto lo prohíba SEDAPAL, hace años) y sin construir (al menos hasta ahora) una pequeña planta de tratamiento para residuales y así manejar con eficiencia el recurso hídrico.
El tío Jorge Salmón se estará pirrando de la risa luego de esta avariciosa desenmascarada del papá del Zorro que pone en duda su capacidad de gestión y su respeto y aprecio por su comuna. Para el, la cosa es cobrar.
Los vecinos me han confiado secretamente que esperan que vuelva el viejo héroe, el Zorro (no importa que de vez en cuando, tan exquisitamente golpeara a su jermu) y que montado en su negro corcel dibuje con su espada la famosa “Z” en las actas de cobranza de tantos Sargentos Garcías que amenazan la tranquilidad de tan pacífico vecindario (estos apretadores vestidos de civil no tienen nada que ver con nuestro Tobi local, Chanchirafa o Catrasca, pese a tener el mismo apellido)
Que Cristian simplemente recuerde que sucede hasta en las mejores familias. Pronto podría llegarle un aviso reclamándole el pago (primero por habernos vendido a su papito como una gran revelación de los gobiernos locales y después por no cancelar oportunamente la baja policía) Mientras eso pase, en el té de las damas sanisidrinas decidirán no invitarlo al matrimonio de la Marife Prado de Pardo y a ningún otro casamiento y declarar sus telenovelas como no gratas, ni recomendables para tan encumbrada sociedad.
Y todo por meterse –como buen hijito sobón- de Jefe de Campaña del peor burgomaestre que ha conocido San Isidro.
Por Joaquín Páez
Desde hace unas semanas los rancios y aristocráticos vecinos de San Isidro están siendo bombardeados por unas notificaciones de cobranza coactiva que la autoridad municipal les anda enviando, interrumpiendo la noble pitanza de quienes alguna vez, cegados por el resplandor de galán de país en vías de desarrollo que tiene Cristian Meier, votaron por Don Antonio, confiados en que por ser el daddy del Zorro, iba a manejar los destinos distritales con el mismo animo del antiguo justiciero.
Nadie podía suponer que Don Alejandro De la Vega terminaría por convertirse en el Capitán Monasterio.
No es que tenga algo de malo reclamar y presionar por el pago de los tributos (algo que nunca pasaba en esa jurisdicción en donde la gente puede pagar puntual) sino que le sumamos a los tributos, las moras e intereses respectivos y además, tomen nota, unos gastos de cobranza judiciales que mas que leoninos son pirañescos.
Más o menos 200 mangos adicionales por cobranza con lo que tenemos que suponer que el encargado de las cobranzas debe ser uno de los estudios (bufetes) de abogados más caros de Lima. ¿Nakasaki, again?
Así –en esos términos- y con la crisis azotando el mundo por todos lados, nos preguntamos si el Alcalde en verdad es tan “inteligente” como dicen las malas lenguas (que da escalofríos) o que alguien ha estado jugando en la bolsa de valores con la plata del recojo de desperdicios y ha perdido hasta los calzoncillos Boss. Entenderíamos las prisas y hasta el cuajo de facturar doscientos morlacos por una notificación en medio papel bond manchado de sellos. Pero si esta actitud obedece a miedos o temores y se trata de jugadas de prevención por un posible efecto jazz en la economía nos parecería de lo mas desconsiderado para con sus contribuyentes a quienes les llegó a vender en campaña el truco de prometer regar los parques con agua del caño y no servidas (aunque esto lo prohíba SEDAPAL, hace años) y sin construir (al menos hasta ahora) una pequeña planta de tratamiento para residuales y así manejar con eficiencia el recurso hídrico.
El tío Jorge Salmón se estará pirrando de la risa luego de esta avariciosa desenmascarada del papá del Zorro que pone en duda su capacidad de gestión y su respeto y aprecio por su comuna. Para el, la cosa es cobrar.
Los vecinos me han confiado secretamente que esperan que vuelva el viejo héroe, el Zorro (no importa que de vez en cuando, tan exquisitamente golpeara a su jermu) y que montado en su negro corcel dibuje con su espada la famosa “Z” en las actas de cobranza de tantos Sargentos Garcías que amenazan la tranquilidad de tan pacífico vecindario (estos apretadores vestidos de civil no tienen nada que ver con nuestro Tobi local, Chanchirafa o Catrasca, pese a tener el mismo apellido)
Que Cristian simplemente recuerde que sucede hasta en las mejores familias. Pronto podría llegarle un aviso reclamándole el pago (primero por habernos vendido a su papito como una gran revelación de los gobiernos locales y después por no cancelar oportunamente la baja policía) Mientras eso pase, en el té de las damas sanisidrinas decidirán no invitarlo al matrimonio de la Marife Prado de Pardo y a ningún otro casamiento y declarar sus telenovelas como no gratas, ni recomendables para tan encumbrada sociedad.
Y todo por meterse –como buen hijito sobón- de Jefe de Campaña del peor burgomaestre que ha conocido San Isidro.
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