ESQUELETOS EN AL ARMARIO

REFLEXIÓN

por Hugo Del Portal

Hemos esperado algunos días cumpliendo el sabio precepto de primero observar tranquilamente -con la distancia que nos corresponde- los sucesos que amenazan el normal desarrollo de la vida del país. No es necesario que alguno de los miembros de este blog mencione que siempre estaremos al lado de la causa y de los derechos de los trabajadores porque vemos -con una mezcla de tristeza y desazón- que hay quienes creen que gobernar una nación tan complicada como es el Perú es posible en base a reunirse con cuatro tagarotes cada dos lunes y manejar con destreza la política del mangoneo que deriva de ningunear a quien sabe salir a la vida a ganarse, de una forma u otra, los diarios fréjoles.

Porque si este manejo del absurdo en que suele caer el gobierno (al largarnos por televisión un spot en donde el actor principal es el delincuente psicópata de Montesinos) es la forma en que se van a encarar los problemas del país entonces estamos condenados a la decisión de los que representan sigilosamente los grupos de presión (política y económica) y a la injerencia de sombras que se proyectan desde el extranjero, porque si hay verdaderos intereses en el juego de las ambiciones desmedidas son los que se refugian tras los hitos de las fronteras. Y no hablamos del Sr Hugo Chavez, arquetipo de moda del intervencionismo ramplón, sino de quienes tienen, como proyecto de estado, ser en el futuro, los que manden en el Perú.

Porque si bien es cierto que el alza del costo de vida sigue cayendo sobre las espaldas del pueblo, que los trabajadores están mas desprotegidos que nunca, que las decisiones de estado peruano están ligadas a los eternos intereses de los grupos de poder económico y que las aptitudes del gobierno, gerenciando el país, provocan escalofríos de desconfianza (no solo por su vergonzante pasado sino también por su avidez presente) también hay que ver el otro lado del bosque.

Ahora, no seamos cándidos tampoco, estas movilizaciones masivas no se pueden hacer gratis (que respondan los apristas que bien saben del tema) alguien tiene que financiar su organización y convertirse en el mecenas del caos que tan sólo perjudica -como siempre- a quienes trabajan de verdad porque los empresarios (la definición es un decir nada más, porque de empresarios no tienen absolutamente nada) amigos del gobierno, y presentes, en todos y con todos, los sucesivos ineptos que pudieron calzarse la banda presidencial nunca se perjudican porque sus perdidas momentáneas las asume -tarde o temprano- el ciudadano común, el laburante, el profesional, el estudiante, el jubilado, usted, yo, nosotros, la gran familia de focking pelotudos de siempre, que tenemos por un lado a los poderosos de toda la vida y del otro a quienes tratan de voltear el pastel brevemente para la que la negociación se de con el piso un poquito mas parejo. Un juego de fuerzas.

Por eso es que los medios de comunicación (que nos muestran las declaraciones editadas de personas comunes que discrepan en la unanimidad mas burda con las protestas del próximo miércoles) no tienen el menor descaro en embolsarse lo que pagan las agencias estatales por esa publicidad malsana, de pésimo gusto y de muy escasa moral. Esa es la situación real, esa es la crisis mas profunda: la que ha destrozado por completo los valores, la decencia, la moral, la ética, la identidad y el alma de nuestra patria, cuando le vendieron, los mismos abalorios y espejitos que trajeron los conquistadores pero que son muchísimo mas dañinos porque nos desconectan violentamente la conciencia.

Seguramente somos un pinches soñadores. Que bien. Pero dormimos tránquilos y en paz, y es por eso que le podemos pedir a todos en general que no se dejen llevar por las emociones y que sus actos sean consecuencia de una evaluación orientada hacia la armonía y el bienestar general. Lo que vayan a hacer, que sea inspirado por un espíritu libre pero dotado de la capacidad de ser lo suficientemente maduro para entender que el mejor trabajo es el que hacemos por los demás, pero muy interiormente, cuando somos parte activa en el renacimiento de la expansión de la inspiración divina que todos llevamos dentro.

El mundo sólo va a cambiar cuando nosotros evolucionemos hacia la verdad a la que estamos convocados en niveles superiores de existencia y que nada tiene que ver con el sueño en que la humanidad esta atrapada en estos tiempos.

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