EL ULTIMO TOURETTE EN VENEZUELA

Chávez se saca la careta por César Hildebrandt (*)
Para los admiradores incondicionales de Hugo Chávez debe haber sido ruinoso que ayer el perdedor del domingo haya dejado la hipocresía a un lado y haya mostrado su verdadero rostro: el de un cachaco que imita a Fidel Castro.Lo que pasa es que Castro fue un héroe solitario que se enfrentó al imperio y fue –hasta que se convirtió al estalinismo- el líder moral de nuestra juventud. Este Chávez hace negocios con el imperio, tiene su propia Standard Oil, juega al socialismo autoritario cuando todos ya sabemos de qué se trata y cuántas indignidades acarrea y, encima, como dicen sus pajes ingenuos en Caracas, se las da de demócrata y “somete” sus ideas al escrutinio popular.Entonces pierde y tiene que reconocerlo –a regañadientes, de madrugada, después de varios intentos de trampear- y sus acólitos, entonces, exclaman: “¿No ven? ¿Quién dijo que era un aspirante a dictador? ¿Quién se atrevió a calumniarlo? ¡Viva Chávez!” Y la marea de camisetas rojas va hasta la puerta de Globovisión y la pintarrajea con insultos de brocha gorda.Pero he aquí –ajá- que tres días después, apenas tres días después, ayer al mediodía para ser precisos, aparece el auténtico Chávez y dice lo siguiente, tomen nota marxistas del crudo y militantes continentales del PDVSA (Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima):-“La de la oposición fue una victoria de mierda y la nuestra una derrota del coraje y la dignidad”.-“Yo no cantaría victoria, señores de la oposición. Sepan administrar su victoria, pero ya la están llenando de mierda”.-“Toma nota Lugo Galicia (periodista de la oposición, nota de C.H.) porque lo tuyo es lo último que he dicho: fue mierda”.-“Prepárense que vendrá una nueva ofensiva con la propuesta de esta reforma, transformada, simplificada, porque el pueblo sabe que si recoge firmas se puede someter a referéndum de nuevo en otras condiciones, en otro momento, en este mismo lugar que se llama Venezuela”.-Estamos listos, conmigo al frente, para sacar del aire televisoras, ustedes saben cuál es la principal, que se sumen a la rebelión contra las instituciones. Tenemos capacidad para asumir las antenas, equipos técnicos o la toma física. Eso está listo”. (Hugo Chávez. Frases textuales grabadas en vídeo y pronunciadas el 5 de diciembre del 2007, setentidós horas después de sufrir su primera derrota electoral).¿Y? ¿Y ahora? Y ahora, ¿qué dirán los que, de buena fe, apostaron por el Chávez inverosímil y democrático? ¿Dirán que así es la polarización? ¿Que así es la lucha de clases, en la que todo vale porque, salvo el poder, todo es ilusión? ¿Que Lenin dixit? ¿Qué la revolución francesa blablablá? O dirán, cargando las tintas hasta el abuso y la mala leche, que la oposición venezolana es pinochetista, fujimorista o camba-golpista? El chavismo interandino pretende ignorar que hasta Pinochet convocó a un referéndum que terminaría perdiendo. Y Pinochet quiso, al igual que Chávez, desconocer por la fuerza el resultado. Lo hubiese logrado si los mandos militares no se hubiesen puesto firmes.Como firme tendrá que ponerse la oposición venezolana después del virtual golpe de Estado decretado, entre mierdas, por el Chávez realmente existente.He detestado y detesto la propotencia de los Estados Unidos. Jamás creeré en hegemonías armadas. Y nunca he cedido al poder que el imperialismo norteamericano y el modelo ultraliberal de crecimiento ofrecen compartir en la gran prensa. Por eso estoy desterrado de la TV. Por eso me he ganado el populoso aislamiento en que me encuentran. Pero eso no me lleva a Chávez. Eso me lleva a pensar en cosas mejores. A pensar que el mundo puede ser más justo y más libre. Más libre de las corporaciones y de las tiranías de toda índole. Eso me lleva a pensar en un mundo de ciudadanos informados que estén siempre atentos a censurar los desmanes del poder. En eso pienso cuando escucho a Chávez, que es al socialismo lo que las cuevas de Altamira a la arquitectura. Que es a la libertad de expresión lo que una venérea es al amor.

(*) Aparecido en su columna del diario La Primera.