El miedo no es sonso por Guillermo Giacosa (*)
Cuenta la BBC de Londres que cerca de 300 diplomáticos de Estados Unidos asistieron a una reunión en el Departamento de Estado, donde se les comunicó que aceptar los puestos diplomáticos en Irak era obligatorio. Uno sugirió que la decisión es "una sentencia de muerte en potencia. Si no hay suficientes voluntarios, algunos de ellos serán forzados a ir a Irak o serán despedidos, con excepción de quienes tengan razones médicas o personales de peso. Hasta ahora, los puestos diplomáticos en Irak eran voluntarios". Y como la realidad no es la que pinta Bush, los voluntarios para tales cargos parecen haberse extinguido. Más allá de los comentarios que pueda suscitar la decisión del Departamento de Estado, el hecho evidencia que las cosas en Irak andan tan mal como todos quienes no hemos sido idiotizados por el dinero gringo suponemos.
Durante varios meses, funcionarios del gobierno -incluida Condoleezza-han venido advirtiendo que la falta de voluntarios podría conducir a esta conscripción diplomática. Se prevé, dado que el miedo no es sonso, que muchos puestos quedarán vacantes el año próximo. Todo ello a pesar de que servir en Irak, donde EE.UU. tiene la embajada más grande del mundo, tiene recompensas especiales, los diplomáticos de buen seso no estiman conveniente aceptar el cargo. Además, no pueden viajar con sus familias.
Según la BBC, "hay antecedentes de diplomáticos estadounidenses que se han visto obligados a asumir un cargo, como los que fueron a África entre 1970 y 1980 y, en 1969, una generación de funcionarios del servicio exterior fue enviada a Vietnam". Ya quedó en el pasado la versión idílica vendida por la Casa Blanca, que afirmaba que los iraquíes los recibirían con flores y palabras de agradecimiento.
Todo no queda ahí: legisladores demócratas han denunciado que en Irak y Afganistán se ha gastado el doble de lo previsto. En un informe publicado por The Washington Post, los mencionados legisladores dicen que ambas campañas le han costado unos US$20 mil a la familia promedio del país y, según proyecciones, esa cifra llegaría a US$46,300 la próxima década.
El informe calcula los costos ocultos generados por el conflicto, incluidos el aumento en los precios del combustible y los tratamientos médicos con que se asiste a los veteranos de guerra heridos. El informe explica que los gastos suponen que los conflictos le han costado a los contribuyentes alrededor de US$1.5 billones (millones de millones).
Los republicanos aún no han respondido al informe que, se espera, sea presentado ante el Congreso. Los autores de la investigación toman en cuenta los costos del tratamiento de los veteranos heridos y, también, la escalada de los intereses por los préstamos solicitados para financiar las guerras. El Comité Demócrata estima que el tratamiento médico al que son sometidos los veteranos podría añadir US$30,000 millones más a los costos de las intervenciones militares, incluyendo los pagos por incapacidad y los ingresos que dejarán de percibir aquellos.
(*) Aparecido en su columna del diario Perú21
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