La mayoría de limeños y chalacos celebra el Día de la Canción Criolla
Según un estudio de la Universidad de Lima, el 58.5% de los encuestados prefiere hoy amanecerse en una jarana de rompe y raja. 'La flor de la canela' es el tema preferido del repertorio criollo.
Esta noche es criolla. Un sondeo realizado por la Universidad de Lima revela que la mayoría de los habitantes de Lima y el Callao prefiere pasar este 31 de octubre en alguna peña o en vez de caminar disfrazado por las calles o alguna fiesta con calabazas.
El estudio -realizado los días 6 y 7 de octubre a 556 personas de 35 distritos - señala que un 58,5% de los encuestados suelen celebrar el Día de la Canción Criolla. De este porcentaje, las personas de entre 38 y 47 años las que más defienden esta tradición (66,0%).
Por otra parte, el 88.8% de entrevistados aseguran que les gusta la música criolla, mientras que solo el 11,2% admite que no. Son los ciudadanos del sector C (92,9%) y cuyas edades fluctúan entre los 38 y 47 años los que más la disfrutan. No obstante, un 86,2% de los jóvenes, entre 18 y 27 años, demuestran su preferencia por este género musical.
El sondeo también reveló que los limeños y chalacos tienen en sus más altas preferencias temas del repertorio criollo como La flor de la canela (17,6%), Mi Perú (13,0%), Mal paso (10,3%), Y se llama Perú (9.3%) y El Plebeyo (8.8%).
Sobre la otra celebración, la foránea Halloween no tiene muchos seguidores en Lima y Callao. Solo el 12,1% respondió que suele celebrarla frente al 87,7% que respondió que no. De ese porcentaje a favor, la mayoría son jóvenes entre 18 y 27 años (25,5%) y pertenecen a la clase A (26,0%)
Hoy día se suele resucitar la focking diferencia de: ¡¿qué vamos a celebrar?!, si nuestra tentación criolla o nuestra jodida dependencia mental. Vienen a mi mente los recuerdos de más o menos hace quince años atrás cuando en mi trabajo (el mejor Café de San Isidro) la queríamos hacer para quedar bien con Dios y con el Diablo ( en este caso las Brujas) . En un principio teníamos a niños fichos disfrazados y con ama de custodia, que nos solicitaban su halloween y nosotros como unas tías zalameras les llenamos las bolsas de caramelos importados, chocolatitos y alfarjocitos que la pastelera preparaba con anticipación. También nos habíamos previsto de bastante música criolla (desde Gianmarco hasta Chabuca) para cuando a los pitucos viejos se les da por sentirse peruanísimos y entonces creíamos cumplir con ambas demandas en una especie de celebración-fusión bastante ridícula. Con los años los párvulos de dinero fueron reemplazados por niños pobres, con la cara pintada por la pobreza del corcho quemado y que ladraban ante los mozos, estirándo las manos, un gritillo chillón: jaluhuinnnnn! . Eran las mismas criaturas que por la mañana limpiaban los parabrisas de los autos y que se sabían conformar con unos cuantos chupetes Ambrosoli y unos vasitos descartables con coca cola. La situación del negocio había cambiado y al maitre solo le importaba deshacerse de esos cholitos latosos y deprimentes y sospechosos de posibles robos. Con el tiempo uno aprende a darse cuenta que cualquier motivo de diversión o fiesta necesita -aunque sea para una justificación mental- un motivo real. Entonces, ¿tenémos razones para andar de fiesta?, realmente no. En este país lo menos que podemos hacer es celebrar algo. ¿O es que nos hemos vuelto cínicos? . A mi -prejuicioso confeso- el criollismo, su música, su baile, si quieren, su miserable y conformista ideosincracia me parece una buena mierda. Sólo puede ser un criollo un ser al cual le mutilaron la función de pensar concientemente y se conformó con la casita en barrio residencial, los hijitos en la universidad particular carita y unas cuantas amantes (y unos cuantos amigos) in the rocks. No veo más. En cuanto a la payasada americana, creo que la única sesión de aquelarre se produce cuando están reunidos , Rumsfeld, Cheney, Rice y el bobo de George (doble v) Bush y deciden joder, en su mezquino beneficio, al mundo entero. Las brujas sólo pueden ser tomadas en cuenta si son como la de Hechizada o las de Charmed (bien ricotonas) y uno quisiera jugar con ellas algo de esa magia exquisita de la cual sólo las mujeres conocen el arcano. Así que no necesitamos una excusa para el vodka, o para portarnos alocadamente, o para bailar con la señora o con la trampa. Yo les recomiendo que lo hagan, eso sí, concientemente para que la experiencia sea completa y edificante. Entonces usted celebrará su día, el de su infinita libertad, el de su paz.
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