He leído todos sus libros. Comprándolos en la mayoría de los casos en librerías y alguna veces (cuando el nuevo sol no hace nada nuevo bajo el sol) en versión pirata. No comparto sus ideas ni sus gustos sexuales (al menos los que el se desespera en promover) pero el quijadoncito me cae simpático desde que lo veía por las mañanas en el Café Olé leyendo los diarios y comiendo las bonísimas croquetas de papa y jamón que hacían ahí. Recuerdo su enemistad con Toledo y con su mujer y el pleito -con la participación de Alvarito Vargas Llosa- en el que terminaron los dos amigos haciendo el papelón ridículo de pedir el voto en blanco para que anulen las elecciones. Su propuesta fue como candidato sin recursitos publicitarios. La idea alcanzo sólo sus propios votos. No se porque Alvarito cuando conversaba con Jaime lo miraba como arrobado, hipnotizado quizás por el verbo florido del Francotirador de entonces y lanza dardos de este extraño presente. Y lo digo porque creo que darle tribuna a sabandijas como Gustavo Espinoza es más que un exceso: es una bajeza completa. Y recalcar el tema de la cobardía del Sr Alejandro Toledo para firmar como hombre de bien a la hija negada es freir el refrito hasta que el aceite de rancio y quemado, apeste. Igual me cantan las pelotas para sostener que el autosecuestro o la pepeada (la tomasita que nos ha pasado a todos los juergueros de Lima, incluido el que escribe estas líneas) fue en la época en que el Sr Toledo era un ilustre ciudadano de a pie al que ya manyabamos en noches de copas con algunas juguiplayer del pinky nocturno limeño. ¿Cúal era la novedad? . Tengo en imagen al torero de cuy de Cabana en el Bar Olé lastrándose unos wiskachos con un par de trampositas baratas. Eso no lo hace ni más ni menos que nadie, es un tipo débil para sus pasiones y sus vicios con las mismas carencias de quien no puede ser conciente ni siquiera en los afectos que se deberían guardar con la familia y que además confiesan que han sido -como quien critican precisamente- buenos coqueros. El tema de la hija me pareció ínfame, siempre, pero también me supo a chicharrón de sebo ver a la Sra Orozco manipulada por el Doctor Montesinos aparecer en el intragable programa de Laura Bozzo denunciando al entonces candidato presidencial en un momento en que el margo de la sartén estaba en manos de la pandilla salvaje de Fujimori. Pero sigo con el programa del domingo.
Luego el buen amigo Philips Butters -revelando cualidades prostibularias- daba unas explicaciones que parecian extraídas de la pésima novela que escribió, y que también leímos, aburriéndonos en distinguir las costuras entre la realidad y la ficción (como contaba Julio Ramón Ribeyro Zuñiga de una crítica que le había hecho a su novela Los Geniecillos Dominicales el maestro Salazar Bondy). Mientras tanto Jaime confesaba haber tenido tratas solamente tres veces en su vida. En este ambiente se siguen moviendo las cortinas de humo que este gobierno promociona. Esperemos pues que Frecuencia Latina pague sus deudas tributarias como todos los peruanos bien nacidos lo hacemos, y que no vaya a aparecer otro chequeman como el que le cayó en el gobierno del Sr Toledo y ante lo cual, la barra brava del dos -Jaimito, la Chichi y otros- guardan (¡que verguenza ajena!) sonoros silencios. Entonces y para terminar, con la misma simpatía de siempre, quisiera pedirle un favor a este buen escritor que es Jaime Bayly. Cuando entrevistes a personas vinculadas a la corrupción del régimen del sátrapa japonés o a alguno de sus cachorritos, no seas tan tetudamente condescendiente y comportate tan crítico como sueles ser con Toledo. ¿Es justo? . Sino, siempre dale a tus enconos la capacidad de dudar y otorga ese beneficio, aunque el pasado los condene. Ten por seguro que no vas a ser muy feliz pero al menos tendrás la conciencia tranquila. Y recuerda que ahora nos gobierna el mismo partido, los mismos sujetos que hace veinte años diezmaron el Perú, y que huyeron a dorados exilios, sospechados de robos, y que regresaron al país con juicios prescritos exigiendo impunidad total en el secreto acuerdo partidario que hubo para tumbarse a la dictadura del chino. A ellos nos toca fiscalizarlos en sus compras y licitaciones taimadas. Toledo mientras chupe con su plata y practique el caligulismo con la de sus amigos no nos interesa ni como nota humorística. Recuerda que hay quienes pudiendo transitar por las páginas de la historia escogen el editorial del diario chicha de sus debilidades mundanas. Como tales, dejároslos en paz y no prestemos nuestro nombre ni nuestro prestigio para seguir distrayendo -aún mas- a los feligreses.
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