13.10.07

LA TERRIBLE VERDAD DE LAS ENCUESTAS





Revelaciones de una encuesta por Cesar Lévano (*)

La resonante encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica arroja luz sobre aspectos poco vistos, o incluso ignorados, por los analistas. En nues­tro examen de ayer señalamos una segmentación de clase en la opinión pública: en el nivel socioeconómico alto, la desaprobación es relativamente baja (sólo 48%), pero en el nivel medio sube a 66% y en el más pobre alcanza a 70%.“Cada cual habla de la feria según le va en ella”, reza el viejo refrán. El sondeo reafirma esa descarnada verdad. Los más pobres son los más des­contentos. Por eso, reiteramos, la repulsa a García es en verdad una condenación a la política ­económica y social neoliberal que él aplica, en abierto continuismo del antiperuano Alberto Fujimori y el gringo con piel de cholo Alejandro Toledo.En ese plano político gene­ral se ubica el malestar presente por el alza de los artículos de consumo popular. Ayer me encontré de modo casual con un distinguido intelectual aprista. Me dijo él: “César, ¡cómo no va a haber descontento si el kilo de camote, que estaba a tres por un sol, ahora cuesta dos soles y hasta dos cincuenta!”. “Lo sé, porque yo hago la plaza”, concluyó.Hacer la plaza. He ahí una actividad provechosa para los jefes de familia (y para los solterones); pero que es un ejercicio ineludible para las amas de casa. Eso explica por qué en la encuesta de la Católica el 68% de las mujeres de Lima desaprueba la gestión de García, mientras que sólo 58% de los varones opina en igual sentido.En los resultados de esa y ­otras encuestas hay que explorar, pues, el sello de clase y también el de género. La encuesta que comentamos explora un área que tiene aristas económicas e ideológicas. Es la que se enfoca a través de una pregunta con respuestas sugeridas:“¿Con cuál de las siguientes ideas está usted más de acuerdo?”.La primera respuesta dice: “Promover una mayor participación del Estado en la ­economía es la única forma de que el Perú pueda desarro­llarse”.El 51% de las mujeres aprueba esa idea, sólo el 42% de los varones lo hace. Como era de suponerse, sólo el 33% de los sectores A y B está de acuerdo; pero en el sector C el acuerdo ­llega a 50% y en los D y E, a 49%.¡Oh divina sorpresa! Las mujeres de todos los segmentos sociales suelen coincidir con la opinión de los más pobres.Ocurre igual ante otra res­puesta sugerida: “Promover la economía privada de mercado es la única forma de que el Perú pueda desarrollarse”: 49% de los hombres aprueba; sólo 36% de las mujeres concuerda. En el nivel A y B, 58% aprueba; pero en el C sólo lo hace el 39%, y, aún más, en el D y el E, sólo el 36%. He ahí una pasio­nal lección de economía, socio­logía y estudios de género escondida en los fríos cuadros de una encuesta.

(*) De su columna en el diario La Primera.

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