LA IGLESIA TOCADORA QUE LE GUSTA A LA GENTE

El Vaticano presenta "Los Diez Mandamientos" para el conductor
La falta de cortesía, gestos ofensivos, pérdida del sentido al volante y conducir a alta velocidad ahora puede constituir un "pecado" para la Iglesia católica.
El Vaticano expresó hoy su preocupación por los numerosos muertos en las carreteras, denunció que el automóvil se ha convertido en un objeto de ostentación y vanidad para suscitar envidia, invocó la prudencia e hizo público un decálogo del conductor cuyo primer "mandamiento" es "no matarás".
Así se destaca en el documento "Orientaciones para la pastoral de la carretera", presentado hoy por el cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes, que ha preparado el texto en el que la Iglesia reflexiona y ofrece su contribución ante el fenómeno de la movilidad humana en la época actual, especialmente a través de la carretera y el tren.
El documento resalta que la carretera y el ferrocarril deben estar al servicio del hombre, cuyos comportamientos cambian -precisa- radicalmente si es conductor o peatón.
En el primer caso denuncia que a muchas personas cuando conducen les aflora el instinto de dominio, prepotencia y poder y el automóvil lo usan como objeto de ostentación de si mismos, para eclipsar a los demás y suscitar envidias.
El texto también denuncia comportamientos "poco equilibrados" en muchos conductores como la falta de cortesía, gestos ofensivos, imprecaciones, blasfemias, pérdidas del sentido de la responsabilidad, violación deliberada del código de circulación.
"Conducir quiere decir controlarse", afirma el texto, que señala que los automóviles deben estar siempre revisados.
También destaca que en el siglo XX unos 35 millones de personas murieron en accidente de carretera y los heridos fueron mil millones y medio. En el año 2000, los muertos fueron 1.260.000.
Ante esos alarmantes datos, el Vaticano exhortó a respetar las normas de circulación y recordó la "virtud de la prudencia", a la vez que advirtió sobre la distracción y el uso de teléfonos móviles durante la conducción, así como guiar bajo los efectos del alcohol y las drogas.
Ante accidentes con o sin muertes, el documento recuerda la "virtud de la justicia" y el que el causante responda ante ella para reparar el daño causado. También señala la necesidad de animar a las familias de las víctimas para que perdonen al agresor.
El primero es "No matarás", segundo "La carretera sea para ti un instrumento de comunión entre las personas y no de daño mortal; tercero "Cortesía, corrección y prudencia te ayuden a superar los imprevistos", cuarto "Sé caritativo y ayuda al prójimo en la necesidad, especialmente si es víctima de un accidente" y quinto "El automóvil no sea para ti expresión de poder y dominio y ocasión de pecado".
El sexto "mandamiento del automovilista" es "Convence con caridad a los jóvenes y a los que ya no lo son a que no se pongan al volante cuando no están en condiciones de hacerlo"; el séptimo "Brinda apoyo a las familias de las víctimas de los accidentes" y el octavo "Reúne a la víctima con un automovilista agresor en un momento oportuno para que puedan vivir la experiencia liberadora del perdón".
El noveno "En la carretera tutela al más débil" y décimo "Siéntete tu mismo responsable de los demás".
Ante el "preocupante" número de accidentes, el Vaticano propone una "educación callejera" que tenga en cuenta "saber lo que hay que hacer conscientes del peligro y de la responsabilidad y obligaciones tanto de los conductores como de los peatones.
Aboga por la educación en este campo de los niños, del papel de las escuelas y de la familia.
Visto que cada vez se desplazan más personas, son más los transportistas y las familias que viajan, el Vaticano propone una "pastoral de la carretera", que entre otras contemple apoyo espiritual, la instalación de capilla fijas o móviles en nudos de autopistas, centros cristianos de atención a los viajeros, etc.
El documento resalta que no está de más que el viajero se haga la señal de la cruz antes de emprender un viaje, ya con ese signo "nos entregamos directamente a la protección de la Santísima Trinidad".
Asimismo señala que también es fructuoso orar y rezar el rosario durante el viaje.
En tiempos de religiones muy parecidas al fast food, la Iglesia Católica bajo el mando de sus Papas y su organización (política-clerical-policial-fascitoide) y amancebada con el poder económico lanza al mercado su nuevo hit: " los mandamientos del conductor " y nos llena de lugares comunes y de pequeñeces tran estrechas que nos preguntamos si es posible tanta necedad. La Iglesia Católica definitivamente se ha adaptado al devenir de los tiempos modernos en una materialismo vulgar y escaso que despoja al hombre de su alma y lo aparea con su carro y que en lugar de mostrar el camino de la verdad lo guía en la autopista de la ilusión permanente. Cada vez es más facil negarle la divinidad al acto de la vida. Convertirlo en días prosaicos, en los que se necesitará ir manejando para unir a la familia y rezar por la carretera (que no sea mojada) y si busca un café late o un buen padre nuestro con su donna o su mc doble siga esta flecha de encantos y rosarios, y déle una limosnita al niño mendigo, y no se sienta omnipotente como su poderoso Nissan Sunny. El sillón de Pedro el pescador ahora es ocupado por un tío bastante retrogrado para el gusto de todos aquellos que luchan por sus derechos civiles para poder integrarse a la sociedad sin discriminación. Algunos esperan que la Iglesia se ponga los pantalones largos y hable con la verdad después de tantos siglos de manipulación y agitación de las conciencias. El rol que le corresponde en la vida del hombre jamás le podrá ser negado pero como en aquel viejo chiste, habría que cambiar el contrato eterno con los panificadores, para que en el padrenuestro diga sin mayores eufemismos, nuestro espíritu libre de cada día danóslo hoy .