12.11.08

VICIO ADSL





Exceso de pantalla
por Fernando Maestre (*)

Si me preguntan cuál es la mayor virtud que tienen los hombres del mundo actual, no dudaría ni un instante en decir que la comunicación y el vínculo humano entre ellos. Es que, gracias al prójimo y a aquellos que nos acompañan en el diario vivir, nuestra personalidad crece, se enriquece y avanza por el efecto que producen sobre nosotros la mirada, la sonrisa y la palabra de quien nos acompaña. Por eso, en la nota de hoy haremos una reflexión sobre cuáles son los efectos de las pantallas (teléfono celular, televisión, computadora, etc.) con nuestros vínculos y relaciones, pues compiten permanentemente. Cuando esto adquiere la categoría de exceso, podría ponernos a las puertas del poco conocido mal 'deshumanización de la persona’.En efecto, el mundo hipercomunicado en el que vivimos nos ha obligado a aprender un nuevo idioma: el ciberidioma. Los adultos ya entrados en algunos años tenemos dificultad en entender, mientras que, para los niños y jóvenes, este léxico nuevo les genera gran curiosidad y ansias de dominarlo. Las pantallas se vuelven para los jóvenes en algo más importante que los vínculos interpersonales. Las consultas de los padres por este problema son cada vez mayores. Cuando los muchachos son examinados, encontramos siempre una tríada de síntomas que son preocupantes. Lo primero que nos cuentan los padres es que sus hijos prefieren la comunicación impersonal con sus amigos a través de la pantalla, donde no se ve ni la cara y ni se escucha la voz, puesto que la mayoría de la comunicación es por chat, sin el efecto benéfico de la observación del rostro de quien nos habla. Segundo, los jóvenes van sufriendo un efecto de adicción a este tipo de vínculo. Algunos prefieren estar conectados a la pantalla por más de seis horas al día haciendo de todo, de manera virtual, no humano, como pueden ser los jueguitos, los equipos de personas que compiten en una guerra eterna contra enemigos imaginarios. A través de estos juegos desarrollan y ponen en práctica sus más 'preciosos’ instintos de matar, entre otros.Tercero, se alejan de grupos de amigos, de trabajo y de estudio. La preocupación de los padres pasa porque ellos constatan que prefieren estar frente a la pantalla que con una enamorada o participando de distracciones interpersonales en alguna actividad cultural. Por ello se les recomienda a los padres que procuren no abandonar a sus hijos a su propia suerte dejándolos frente a la pantalla. De preferencia, estos aparatos deberían estar en el sitio común de la casa, en la sala o comedor. Hay que evitar que cada cuarto tenga su computadora, pues quebrará totalmente el espíritu de la integración familiar y los jóvenes transitarán hacia la 'deshumanización’ de los vínculos.

(*) Diario Perú21
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