García aconseja a Obama
por César Hildebrandt (*)
No se ha tomado en cuenta una opinión de lo más decidora emitida por el doctor Alan García en su reunión de hace tres días con la prensa extranjera.Viene la misma en un despacho de la agencia France Presse fechado en Lima el 27 de noviembre. Me permitirán citarlo textualmente porque puede hacer historia:“Lima, 27 Nov 2008 (AFP).- El presidente peruano Alan García estimó el jueves que el presidente electo estadounidense Barack Obama deberá evaluar su promesa electoral de retirar las tropas americanas de Irak, porque ello puede dar paso a una mayor presencia de Irán en la región”.“En la medida que se reduzca la presencia militar de Estados Unidos en Irak, Irán tendrá una mayor vigencia e Israel se verá forzado a actuar de alguna manera, y tras Israel, Obama tendrá que actuar”, dijo García en conferencia de prensa con corresponsales extranjeros.“Sustituir la fuerza por el diálogo es sensato e inteligente, pero tiene un aspecto que deja abierto un interrogante: cada vez que Estados Unidos se retira de un lugar (ocupado militarmente) surgen nuevos poderes regionales”, enfatizó.“Es positivo que se reduzca la presencia militar estadounidense, es deseable, pero abre interrogantes”, reiteró el mandatario peruano.Desde el 2005 cerca de 2,000 peruanos trabajan como mercenarios en Irak y Afganistán, contratados por compañías de seguridad estadounidenses para tareas de vigilancia en locales o zonas ligados a intereses norteamericanos, según la cancillería. Perú es percibido por observadores, junto con Colombia, como uno de los principales aliados de Washington en la región. El presidente estadounidense George Bush visitó Lima el pasado fin de semana para asistir al foro anual de APEC, durante el cual se reunió por separado con García”. (Fin del despacho).En mi ya larga frecuentación de la política, he visto a conversos lamer a sus nuevos amos y he oído el siseo de los avergonzados y me he divertido con las acrobacias de los que renegaron de sí mismos. Pero esto que acaba de hacer el doctor Alan García amplía mi mente en torno al arte del buen servir y del mejor olvidar.Convertido, por decisión de paje, en asesor de Obama, García le aconseja al nuevo presidente de los Estados Unidos que tenga cuidado con retirar las tropas de Irak en cierto plazo, tal como lo ha prometido, porque eso puede darle mayor protagonismo a Irán, algo que puede provocar la respuesta militar de Israel, respuesta a la que Estados Unidos -también según García- tendrá que plegarse.¿Qué teme el doctor García, entre otras cosas? ¿Que Barack Obama cumpla una promesa electoral, así como él no cumplió con ninguna? ¿Es asesoría o es envidia? ¿Le preocupa el Medio Oriente y mira esa región con los ojos de Ariel Sharon? ¿Es también converso en ese sentido?Parecería que, frente a García, Condoleeza Rice es ñanga y chancay de a 20 y Dick Cheney paloma mensajera en comparación con este halcón latinoamericano que se llama Alan García y que ya está pidiendo su puesto de consejero de seguridad en el gabinete Obama.Y junto a eso está la frase que parece robada no del tren eléctrico, no de Siracusa ni de Zanatti, sino del fraseario mismo de un Fulgencio Batista. Me refiero a eso de “cada vez que Estados Unidos se retira de un lugar (ocupado militarmente), surgen nuevos poderes regionales”.García propone entonces la ocupación crónica de las tropas yanquis y, por tanto, la solución perfecta para evitar la insidia de “los poderes regionales”. Claro, a excepción del poder regional de Israel, que sí tiene sus derechos vigentes, y del poder de alcance planetario, sustentado en el derecho de la fuerza, de los Estados Unidos.Y, además, fíjense en las connotaciones hemisféricas que las frases del doctor García pueden tener. ¿Es Evo Morales parte de un poder regional indeseable y surgido “del retiro de los Estados Unidos” cuando cayó el régimen de “Goni” Sánchez de Losada? ¿Es casualidad que, 48 horas después del encuentro con García, Bush le quitara todas las ventajas arancelarias a la modesta capacidad exportadora de Bolivia? ¿Y es Chávez otro poder regional indeseable surgido de la deserción norteamericana cuando cayeron la Acción Democrática de Carlos Andrés Pérez (socio de García) y el COPEI de los Herrera Campins y los Caldera? Según García, a la caída de esos partidos Estados Unidos debió invadir Venezuela. Así se habría evitado este caribeño “eje del mal Venezuela-Cuba”.¿O es que, según el caudillo del nuevo protectorado del Perú, sólo Brasil tiene derecho a ser “poder regional” en tanto es un aliado a largo plazo de los Estados Unidos?¿Y el digno Ecuador, que acaba con la base de Manta, declara héroe nacional al espía que desapareció en Perú y bota a patadas a los ladrones de Odebrecht, en medio de qué limbo queda?Este es, pues, el “pensamiento García” en materia de política internacional, revelado, por fin y sin tapujos, en una reunión con la prensa internacional. Se entenderá por qué Chile nos trata como nos trata, por qué Torre Tagle sirve los sanguchitos en APEC y por qué García obliga al comandante general del Ejército a la mayor humillación sufrida en democracia por las Fuerzas Armadas de este país.Si el doctor García cree que es hora de declararse gobernador de Puerto Rico, hawaiano honorario, israelí en rebajas, comandante en jefe de la república títere de las Islas Marshall, pues que se ponga la camisa de fuerza que ya le bordaron y que se declare todo aquello y lo demás que tiene en mente.Pero que no use el cargo de Presidente del Perú para pisotear la dignidad de un país que ha tenido entre sus hijos a un Tupac Amaru, a un Cáceres o a un González Prada.Y me pregunto: ¿a qué acritudes le sabrá este sapo al honorable congresista Mauricio Mulder, secretario general del Apra? ¿Y a la juventud aprista, a qué le sonará la “interpretación auténtica” que del antiimperialismo hayista hace el doctor Alan García? Y al Apra, de rodillas ante este Mesías que sólo propone el calvario de la servidumbre, ¿a qué próximas reverberancias la remite la palabra traición?No pude aceptar jamás a los comunistas por su condición de súbditos “internacionalistas” de la Unión Soviética o de la aterrorizada China de Mao. Jamás pude comprender a las derechas sin ley ni libros ni decencia de esta América enferma. El Apra era -y debió de seguir siendo- una esperanza de construir ese centro razonable y redistribuidor que el Perú jamás ha tenido de manera institucional y como proyecto nacional incluyente.Pero el doctor García está empeñado en acabar con el Apra, en incendiar sus bibliotecas y en abolir lo que quedaba de su doctrina. Quiere que el pragmatismo -así llama a la promiscuidad con todo lo que ruede y tintinee- y “el pensamiento García” -así debería llamar a sus agachamientos disfrazados de geopolítica-, reemplacen a lo que alguna vez fue un esfuerzo de entender, desde las clases medias educadas y reformistas, el destino del Perú. Quiere, en resumen, que el servilismo a Washington ascienda a programa máximo en el velatorio final del Apra. El gran Charles De Gaulle dice en sus memorias que la vejez es un naufragio. Yo no sé qué pensará el doctor García de su galopante vejez, la que es, por razones generacionales, también la mía. Sólo quisiera que recuerde que alguna vez el general Douglas MacArthur, un hombre a quien él debe admirar, dijo que la vejez no viene con los años sino cuando se traicionan los ideales. Y añadió: “Los años arrugan la piel; renunciar a los ideales arruga el alma”.
No se ha tomado en cuenta una opinión de lo más decidora emitida por el doctor Alan García en su reunión de hace tres días con la prensa extranjera.Viene la misma en un despacho de la agencia France Presse fechado en Lima el 27 de noviembre. Me permitirán citarlo textualmente porque puede hacer historia:“Lima, 27 Nov 2008 (AFP).- El presidente peruano Alan García estimó el jueves que el presidente electo estadounidense Barack Obama deberá evaluar su promesa electoral de retirar las tropas americanas de Irak, porque ello puede dar paso a una mayor presencia de Irán en la región”.“En la medida que se reduzca la presencia militar de Estados Unidos en Irak, Irán tendrá una mayor vigencia e Israel se verá forzado a actuar de alguna manera, y tras Israel, Obama tendrá que actuar”, dijo García en conferencia de prensa con corresponsales extranjeros.“Sustituir la fuerza por el diálogo es sensato e inteligente, pero tiene un aspecto que deja abierto un interrogante: cada vez que Estados Unidos se retira de un lugar (ocupado militarmente) surgen nuevos poderes regionales”, enfatizó.“Es positivo que se reduzca la presencia militar estadounidense, es deseable, pero abre interrogantes”, reiteró el mandatario peruano.Desde el 2005 cerca de 2,000 peruanos trabajan como mercenarios en Irak y Afganistán, contratados por compañías de seguridad estadounidenses para tareas de vigilancia en locales o zonas ligados a intereses norteamericanos, según la cancillería. Perú es percibido por observadores, junto con Colombia, como uno de los principales aliados de Washington en la región. El presidente estadounidense George Bush visitó Lima el pasado fin de semana para asistir al foro anual de APEC, durante el cual se reunió por separado con García”. (Fin del despacho).En mi ya larga frecuentación de la política, he visto a conversos lamer a sus nuevos amos y he oído el siseo de los avergonzados y me he divertido con las acrobacias de los que renegaron de sí mismos. Pero esto que acaba de hacer el doctor Alan García amplía mi mente en torno al arte del buen servir y del mejor olvidar.Convertido, por decisión de paje, en asesor de Obama, García le aconseja al nuevo presidente de los Estados Unidos que tenga cuidado con retirar las tropas de Irak en cierto plazo, tal como lo ha prometido, porque eso puede darle mayor protagonismo a Irán, algo que puede provocar la respuesta militar de Israel, respuesta a la que Estados Unidos -también según García- tendrá que plegarse.¿Qué teme el doctor García, entre otras cosas? ¿Que Barack Obama cumpla una promesa electoral, así como él no cumplió con ninguna? ¿Es asesoría o es envidia? ¿Le preocupa el Medio Oriente y mira esa región con los ojos de Ariel Sharon? ¿Es también converso en ese sentido?Parecería que, frente a García, Condoleeza Rice es ñanga y chancay de a 20 y Dick Cheney paloma mensajera en comparación con este halcón latinoamericano que se llama Alan García y que ya está pidiendo su puesto de consejero de seguridad en el gabinete Obama.Y junto a eso está la frase que parece robada no del tren eléctrico, no de Siracusa ni de Zanatti, sino del fraseario mismo de un Fulgencio Batista. Me refiero a eso de “cada vez que Estados Unidos se retira de un lugar (ocupado militarmente), surgen nuevos poderes regionales”.García propone entonces la ocupación crónica de las tropas yanquis y, por tanto, la solución perfecta para evitar la insidia de “los poderes regionales”. Claro, a excepción del poder regional de Israel, que sí tiene sus derechos vigentes, y del poder de alcance planetario, sustentado en el derecho de la fuerza, de los Estados Unidos.Y, además, fíjense en las connotaciones hemisféricas que las frases del doctor García pueden tener. ¿Es Evo Morales parte de un poder regional indeseable y surgido “del retiro de los Estados Unidos” cuando cayó el régimen de “Goni” Sánchez de Losada? ¿Es casualidad que, 48 horas después del encuentro con García, Bush le quitara todas las ventajas arancelarias a la modesta capacidad exportadora de Bolivia? ¿Y es Chávez otro poder regional indeseable surgido de la deserción norteamericana cuando cayeron la Acción Democrática de Carlos Andrés Pérez (socio de García) y el COPEI de los Herrera Campins y los Caldera? Según García, a la caída de esos partidos Estados Unidos debió invadir Venezuela. Así se habría evitado este caribeño “eje del mal Venezuela-Cuba”.¿O es que, según el caudillo del nuevo protectorado del Perú, sólo Brasil tiene derecho a ser “poder regional” en tanto es un aliado a largo plazo de los Estados Unidos?¿Y el digno Ecuador, que acaba con la base de Manta, declara héroe nacional al espía que desapareció en Perú y bota a patadas a los ladrones de Odebrecht, en medio de qué limbo queda?Este es, pues, el “pensamiento García” en materia de política internacional, revelado, por fin y sin tapujos, en una reunión con la prensa internacional. Se entenderá por qué Chile nos trata como nos trata, por qué Torre Tagle sirve los sanguchitos en APEC y por qué García obliga al comandante general del Ejército a la mayor humillación sufrida en democracia por las Fuerzas Armadas de este país.Si el doctor García cree que es hora de declararse gobernador de Puerto Rico, hawaiano honorario, israelí en rebajas, comandante en jefe de la república títere de las Islas Marshall, pues que se ponga la camisa de fuerza que ya le bordaron y que se declare todo aquello y lo demás que tiene en mente.Pero que no use el cargo de Presidente del Perú para pisotear la dignidad de un país que ha tenido entre sus hijos a un Tupac Amaru, a un Cáceres o a un González Prada.Y me pregunto: ¿a qué acritudes le sabrá este sapo al honorable congresista Mauricio Mulder, secretario general del Apra? ¿Y a la juventud aprista, a qué le sonará la “interpretación auténtica” que del antiimperialismo hayista hace el doctor Alan García? Y al Apra, de rodillas ante este Mesías que sólo propone el calvario de la servidumbre, ¿a qué próximas reverberancias la remite la palabra traición?No pude aceptar jamás a los comunistas por su condición de súbditos “internacionalistas” de la Unión Soviética o de la aterrorizada China de Mao. Jamás pude comprender a las derechas sin ley ni libros ni decencia de esta América enferma. El Apra era -y debió de seguir siendo- una esperanza de construir ese centro razonable y redistribuidor que el Perú jamás ha tenido de manera institucional y como proyecto nacional incluyente.Pero el doctor García está empeñado en acabar con el Apra, en incendiar sus bibliotecas y en abolir lo que quedaba de su doctrina. Quiere que el pragmatismo -así llama a la promiscuidad con todo lo que ruede y tintinee- y “el pensamiento García” -así debería llamar a sus agachamientos disfrazados de geopolítica-, reemplacen a lo que alguna vez fue un esfuerzo de entender, desde las clases medias educadas y reformistas, el destino del Perú. Quiere, en resumen, que el servilismo a Washington ascienda a programa máximo en el velatorio final del Apra. El gran Charles De Gaulle dice en sus memorias que la vejez es un naufragio. Yo no sé qué pensará el doctor García de su galopante vejez, la que es, por razones generacionales, también la mía. Sólo quisiera que recuerde que alguna vez el general Douglas MacArthur, un hombre a quien él debe admirar, dijo que la vejez no viene con los años sino cuando se traicionan los ideales. Y añadió: “Los años arrugan la piel; renunciar a los ideales arruga el alma”.
(*) Diario La Primera
García es realmente un tipo espacial. Su alcahuetería con los gringos es practicamente de otro mundo. Lo más gracioso es que para el zambo Obama este gordo latinoamericano resulta un doméstico bastante confianzudo.
Sus ideales no sólo están arrugados, tienen celulítis. Y su visión de estadísta pareciera tener los efectos secundarios del litio. Su ego necesita este tipo de Redbull de lengua que no alcanza para cubrir el masivo rechazo a su gestión, sospechada íncluso, de negociados no muy santos. Cuidado con hablar de más: no se vayan a molestar los chilenos. Imaginate que se amarguen los norteamericanos.
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