21.3.08

ALAN GARCIA GANA SU PRIMER CASO COMO ABOGADO










Dicen que fallo del TC sobre Wolfenson se tiene que acatar
Sin embargo, abogado del Estado critica decisión de excarcelar a Moisés Wolfenson.
La decisión del Tribunal Constitucional (TC) de ordenar la liberación, por exceso de carcelería, del empresario Moisés Wolfenson -quien fuera condenado a cuatro años de prisión por haber recibido dinero de Vladimiro Montesinos para difamar a los opositores del régimen fujimorista a través de los diarios El Chino y La Razón- ha generado controversia.
No obstante, más allá de la polémica que pueda desatar esta sentencia, los congresistas Aurelio Pastor (Apra) y Juan Carlos Eguren (Unidad Nacional), ambos miembros de la Comisión de Justicia del Parlamento, están convencidos de que esta tiene que ser respetada y ejecutada.
"Nos guste o no, el Tribunal Constitucional es la instancia competente y sus sentencias, como la de Moisés Wolfenson, hay que ejecutarlas", precisó Eguren.
Similar opinión tuvo Pastor, quien indicó que las decisiones del TC deben ser respetadas y ejecutadas, pese a que puedan resultar polémicas.
EN EL CONGRESO.

Ambos legisladores también coincidieron en que la Comisión de Justicia del Congreso debe abordar cuanto antes la exhortación del TC para expedir una ley que regule la fórmula para adicionar los días de detención domiciliaria al cómputo de la pena.
"Hay que darle un tratamiento adecuado y evitar que cometamos excesos que beneficien a los procesados o que vulneren sus derechos fundamentales", demandó el aprista.
La resolución del TC está suscrita por los magistrados Carlos Mesía, Juan Vergara, Gerardo Eto, Fernando Calle y Ernesto Álvarez. Sin embargo, César Landa y Ricardo Beaumont votaron en contra de la liberación de Wolfenson por considerar que el arresto domiciliario no debería ser computado como detención penitenciaria efectiva.
CRÍTICAS

Al respecto, el abogado del Estado, Pedro Gamarra, señaló que el TC, en el caso Wolfenson, se ha atribuido funciones de procedimiento exclusivamente judicial. "No puede detener o excarcelar a las personas. Aquello es una función de los tribunales de justicia, que aplican las leyes y el Código de Procedimientos Penales", subrayó.
Gamarra también comentó que hay contradicciones en la sentencia del citado órgano colegiado porque, primero, reconoce que no existe legislación que establezca cuántos días de arresto domiciliario deben ser computados como detención penitenciaria, pero al mismo tiempo le concede libertad a Wolfenson bajo el argumento de que los años que estuvo detenido en su casa, sumados al tiempo en prisión, serían suficientes para completar su pena de cuatro años.
Fuentes del Instituto Nacional Penitenciario dijeron que la próxima semana podrían dejar en libertad a Moisés Wolfenson.
No nos queda la menor duda que en este gobierno el talento humorístico está desperdiciado. Es la única posible explicación para quienes no aceptan las resoluciones del Tribunal Constitucional cuando se trata de los estafados fonavistas (entre los que se encuentra incluído Jhony Quest) y que se razgan los calzoncillos con ardorosa conchudez por el Moche Wolfenzonzo (a quien íncluso el gordo vago que tenemos por presidente ha convertido en su primer caso como abogado defensor) y su añorada libertad. Nosotros que tenemos que ser consecuentes para no producir semejante paradoja que podría destruir el universo blogero nos vemos en la necesidad de aceptar que así se equivoque, así no nos guste, hay que obedecer lo que el Tribunal Constitucional ha resuelto. Sabemos que en su arresto Moisecito no ha estado como Juda Ben Hur en las galeras y que la ha pasado suave camay, piola, merced a su innegable capacidad de negociación y que la reparación monetaria compartida es casi una burla. Es un hecho. Tampoco somos de esos locos vindicativos que deseamos ver al jacoibo de La Razón purgando cadena perpetua por sus titulares dirigidos por el Doc. Se le condena, cumple y chau. ¿No cumplió adecuadamente? Culpa de un estado tan barato para corromperse que un pazquín de marras con muy poca originalidad para el insulto y el vilipendio puede comprarlo facilito, mas aún cuando se sabe que Moises, en el colegio, era el mongo del salón. Ya sabemos que el apro-fuji-monte-cínismo está -como Deepak- al galope, pese a que las encuestas aguafiestas ya le han puesto, como el ANDA a la Manson, la luz roja. Pero los dioses ciegan a quienes quieren perder (*)
(*) Julio Ramón Riberyro en Alienación.

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