22.1.09

ABOGADO DEL DIABLO





Cosas del chupón
por Hugo Del Portal

En el Perú, el gastrónomo desconocido gusta -como de una lejana promesa de felicidad culinaria- del calentadito matinal. Para eso se suele guardar los restos de la comida del día anterior en un adecuado recipiente (un tupperware) al que familiarmente llamamos "el taper, mi taper" (en toda casa hay uno mágico que conserva de todo) y claro, como en este país nada sale como uno quiere, la refrigeradora se termina llenando de varios de estos contenedores de sobras que revivimos en algún momento semi trascendental (unos tragos con los amigos, una trasnoche de peliculitas piratas, por ejemplo) so riesgo de levantarnos un cólico de la gran flauta por ingerir alimentos pasados en dudoso estado.
Algo así ha pasado con nuestro supremo gobierno a quien los "guardados psicosociales refritos" (este del chuponeo ha tenido variadas aristas hasta que tocó las puertas de la compañia de Kallop) han terminado por generarles una de esas violentas diarreas de terribles errores que lo han conducido a la revelación de una de esas verdades axiomáticas que se les escapa de las manos: LA REALIDAD.
Porque si con los "sueldos reales" que reciben los miembros de nuestras fuerzas armadas y policiales, el Sr Ministro de Defensa, Don Anterito el nuevo renegón, convertido ultimamente en la versión contemporánea del Hernán Garrido Lecca de las contestaciones impertinentes, cree que les puede exigir exclusividad de labores con la institución amenazándolos con despedirlos, habría que decirle que así como los muchachos del chupón, hay gente que hace labores extras en supervisión de vigilancia, o hace taxi, o enseña matemáticas, o se terminan destinando al culo mundo por ganar unos cobres más que les permitan mantener a sus familias con dignidad porque el estado (al que representa el Sr Anterito con poca fortuna) les paga una miseria. ¿No lo sabe el Sr Ministro de Defensa empeñado en vender hasta las estatuas de los héroes para recabar fondos?. Vea las planillas. Verifique.
Y esa dolorosa realidad implica también a otros profesionales, en otros estamentos, como docentes, médicos, enfermeras, economistas o policías.
Así que si estamos pensando dejar de hacernos los tercíos con los problemas reales como la adecuación de las remuneraciones en las fuerzas armadas y policiales, ya viene siendo hora de que reestructuremos los sueldos de esta gente sino quieren que chambeen donde no deben (empresas que chuponean por encargo de otras compañias que persiguen sus mismos negocios) y que al final hacen que nos enteremos de las particulares faenas del compadre del presidente, a quien su hijita, misma gorda Keiko, cree inocente cual blanca paloma, demostrándonos que la pelotudez o la sinverguencería se trasmiten genéticamente.
Asi que, ¡Anterito a la casa!, no creas que por responder como patán te libras de tus culpas, porque si alguien es responsable de que algunos marinos chuponeen por su cuenta en labores de servicios no personales (según versión del mismo gobierno) es el mismo estado que los tiene OLVIDADOS hace una punta de años, poniéndose en riesgo, íncluso, al propio país que necesita siempre de ellos.
Desde aquí y por el injusto, estúpido e innecesario maleteo de la prensa amarilla, prestada a la distracción cotidiana por unos mangos de publicidad estatal, nuestra solidaridad con la gente de los institutos armados donde hay de todo -como en la viña del señor- pero son muchas más las personas que merecen nuestro respeto y aprecio por su poco reconocido sacrificio.
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