No le digan nada
por Hugh Player
El alto nivel de colesterol con el que, al parecer, cuenta nuestro actual mandatario ha provocado en su discurso, una crisis neuronal del orden paranoical, tanto así, que ayer en un mitin con una mancha de cholos deschambados (menestreados con una bolsita de alimentos y veinte mangos) nuestro Tobi local decidió, dejando escapar los demonios persecutorios que lo hacen desayunar media docena de pan ciabatta con jamón del país, al hilo, quejarse amargamente de sus críticos (lo cual no nos toca porque nosotros no lo criticamos, simplemente lo ponemos de ejemplo gracioso) tratando de sacar ventaja de su aparente éxito como recolector de plata en telemaratones porque consiguió en un domingo cualquiera casi once palos para el Hospital San Juan de Dios. ¿ Y esto es un mérito o un peligro ?.
Con esa gran capacidad para picar no nos queremos imaginar lo que podría pasar si se le ocurriera, -estamos hablando teóricamente-, pedirle plata a algún empresario medio mafioso que deseará conseguir algo de los bienes o negocios del estado. Que miedo sentimos si cuando pide plata se la bajan tan rápido.
En primer lugar aquí ya le hemos sugerido que destine una partida del presupuesto para cubrir los gastos operativos de este nosocomio.
Por ejemplo le hemos aconsejado que cambie el gasto de la publicidad estatal en los medios de comunicación actuales y convertirlo en la fuente principal del financiamiento para la operatividad de la clinica. ( Y no hay necesidad de teletón).
También ha dicho que baila con Gisella porque Gisella no baila con quienes lo critican (?) (algo así, medio enredado y extrañamente incierto) para justificar su evidente exhibicionismo por el que le ha perdido el temor al ridículo.
El problema no es que baile con Gisella o con Cuqui. El asunto es que verlo danzar con su figura elefantiásica es un espectáculo deprimente y farsesco. Tener que expectar a semejante luchador de sumo con una tía que ya parece la hermana gemela de Bridget Jones, dandóselas de sabrosos, cuando parecen la amarillenta y descangallada imagen de lo que fueron, es algo que no nos merecemos ni siquiera nosotros, los caviares.
Como dice la canción hablada Desiderata: abandona con donaire los placeres de la juventud: que tenga presente la pareja bailarina que los demas tenemos estomago.
Y aunque no queremos contradecir a Chanchirafa, tenemos que recordarle que le hemos encargado la casa para que la cuide por un tiempo. Mejor, si realiza su trabajo con un perfil bajo y promoviendo que los verdaderos dueños digan lo que piensan sin que le salgan ronchas al excelentísimo cachetón que nos gobierna.
Si la chamba no le gusta, puede renunciar e irse a una isla desierta como Naúfrago,(Cast away), donde le aseguramos que no va a escuchar protesta alguna (salvo que la pelota Wilson empiece a hablar harta de sus continuos dislates del naúfrago) y en donde no tendrá que ensayar estas disparatadas explicaciones con las que suele maltratar el buen gusto y la lógica. ¿ O cree que alguien va a tomar en cuenta su perorata ?
Tranquilo fatty, ya te quedan tan solo dos años y medio para que no escuches mas criticas en las inmediaciones de tu retiro en tu residencia parisina.
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