12.9.08

SABLE LASER










LOS DÍAS PARA EL JUEGO

por Obiwan Kenobi

Pese a que el día 11 de setiembre el mundo tiene bastantes razones para dedicarle un tiempo a la reflexión, ayer ha sido un día bastante movido, y por lo tanto preocupante ya que sentimos estar llenos de vibraciones negativas.
La torpeza con que suele actuar el Departamento de Estado del gobierno norteamericano hace la observación fácil, por lo obvio que resulta la mano intervencionista de los halcones de Washington. Es indispensable que notemos que el 11 de setiembre tiene una connotación diferente para las acciones que se ejecutan alrededor del mundo. Fue en esta fecha que se produjo el derrocamiento de Salvador Allende en un golpe de estado criminal, subvencionado y dirigido desde los extremos fascistas del yanquismo más radical y que –en una demostración de lo disociado que suele estar el planeta- tiene grupos que celebran la fecha con conciertos de música clásica como si no hubiera una larga lista de desaparecidos en estas acciones que ensangrentaron Chile.
No debería sorprendernos porque en este país Fujimori goza una dorada carcelería mientras una manga de seguidores lo alienta de manera enfermante en las inmediaciones del local en donde finge estar preso.
Hace 7 años unos atentados terribles causaron miles de muertes en el Word Trade Center y aunque soy de los que creen que todavía hay mucho que investigar y explicar sobre estos hechos es nuestro deber moral como seres evolucionados repudiar este genocidio fanático e inútil porque le ha servido de excusa a los comerciantes de armas y traficantes de la muerte para iniciar una guerra homicida en donde se bombardeó (y se bombardea) poblaciones indefensas de un país al que pareciera que por su pobreza habría que fumigar incansablemente mientras se mueven las piezas del ajedrez de los negocios que busca apoderarse de las riquezas naturales de los mas débiles para asegurar su poderío en una civilización que juega a la sobrevivencia del más fuerte.
En la coincidencia del tiempo nuevamente el calendario se presta a la estrategia obtusa del colonialismo más ramplón. Esta vez es Bolivia, que le suma a los innegables errores de gobierno del Sr. Evo Morales, una crisis identidad en donde entrar a tallar problemas raciales y culturales de una separatividad tan profunda que es fácil colgarse de ellos para manipular los siempre presentes intereses económicos e impulsar esta revuelta de separatistas que pretende balcanizar Bolivia y repartirlo adecuadamente para que sirva a los intereses de la mafia que manda en el imperio. La denuncia de Hugo Chávez encaja perfectamente en la circunstancia y esta vez debo coincidir con la veracidad de su discurso, ya que al estar dirigidas todas las acciones contra el país del altiplano era necesario quitar del camino al presidente venezolano mediante un golpe de estado que lo elimine físicamente con lo que la desmembración de Bolivia estaría asegurada y con lo que se demuestra que por ciertas razones que obedecen a las extrañas creencias de la administración gringa (*) la fecha en particular posee un significado de génesis mística por la que actúan especialmente en estos días mientras se muestran hipócritamente en los medios con aspecto dolido y contrito en el recuerdo a las víctimas de alguna de sus terribles tragedias.
Es también lamentable observar como los gobiernos del continente callan con la miseria espiritual del cómplice que espera la recompensa de algún beneficio comercial. No es por nada el permanente enfrentamiento y desfase de nuestro gobierno con el de Bolivia. ¿No fueron algunos de los empresarios peruanos, muy amigos de su actual administración, perjudicados con las nacionalizaciones del gobierno boliviano?
¿O es que creen que se nos puede vender el cuento de las diferencias ideológicas por los tratados de libre comercio y la comunidad andina de naciones?
Todos sabemos que esos temas son solucionables incluso de manera unilateral.
Aquí como en todo mandato de gobernantes aviesos hay un problema de dinero por el cual nuestros mercantilistas son capaces de pactar (como ahora lo hace USA) con Gadaffi o cualquier otra de sus antiguas bestias negras con tal de asegurar que se mantenga el flujo de las ganancias.
La reacción de Chávez no es para menos –el hombre sabe que se lo quieren palomear- por eso mandar al carajo a los yanquis de mierda (**), retirar su embajador de Estados Unidos y expulsar al competente agente de la CIA que hace las veces del primer diplomático de la jerarquía americana en Venezuela no solo es una reacción normal y válida sino también un gesto de solidaridad con la situación por la que atraviesa Evo Morales en Bolivia y a la que debería sumarle la consecuencia de cortar las entregas de petróleo de manera inmediata. Hay que tomar en cuenta que los americanos van a saltar hasta el techo y mostrarán su verdadero rostro colonialista de inmediato quitándose las falsas caretas de demócratas en las que nadie cree desde hace bastante rato. Las bravatas de convertir algunas regiones sudamericanas en varios Vietnam, la atribuimos a la exhuberancia verbal alocada del momento que no se ajusta a la realidad sino a la pasión clásica de gorila jacobino con la que a menudo peca Chávez y que le generan anticuerpos innecesarios.
Ahora queremos ver a los gobiernos de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile manifestarse ante esta situación tensa y desagradable para enterarnos por donde mueven sus fichas en este tablero de conveniencias.
Yo se que Morales, Chávez y Castro no son angelitos bajados recientemente del paraíso celestial pero no es gratuito que por estos días se haya empezado una campaña que sin ninguna prueba ha comenzado a difundir en la prensa de la planilla de los poderosos algunos cuentos sobre la “robolución bolivariana chavista” (revisen El Comercio del último domingo dedicado con entusiasmo a la literatura de ficción) pero es claro -para cualquiera que observe con imparcialidad- que si el mundo anda de cabeza, en crisis y siempre a punto de colapsar es por la ambición desmedida de los gobiernos americanos ultrayanquistas que han reventado el planeta sin compasión, incluyendo a su propia economía, aunque después nos vendan el cuento del estado liberal que exige a los países menos desarrollados ajustarse el cinturón y cumplir a rajatabla con las exigencias de su doctrina mientras ellos corren –más estatistas y dirigistas que el mismo Chávez- a salvar a sus bancos tramposos y especuladores con dinero que al final cobrarán al mundo entero. Porque son de campeonato empujándonos sus cuentas en rojo.
Si tuviese que tomar partido entre ellos no dudaría un instante en estar –como estoy en esta circunstancia- al lado de mis hermanos bolivianos y venezolanos por mas diferencias que tenga con los presidentes que ellos eligieron libremente.
Creo que la banda de delincuentes de alto vuelo que maneja los destinos de los Estados Unidos de Norteamérica esta buscando una excusa para lavar las huellas de su pésima y mafiosa gestión. Se que no se puede esperar mucho de ninguno de los candidatos a la presidencia de por esos lares. Ni del zambo Obama, ni del prisionero de guerra senil de Mccain. Ellos son más de lo mismo para Latinoamérica. La bota sobre nuestros pescuezos para consolidar su eterna dominación y nuestro inacabable sub-desarrollo.
Aunque en el futuro ya se vislumbra el derrumbe de sus estructuras apoyadas en la iniquidad y en la codicia que tan costosa resulta a una humanidad empeñada en involucionar entre sus propias miserias.
Desde esta columna: ¡aguante Bolivia, aguante Venezuela!

(*) Aunque suene a cosa de locos normalmente quienes gozan del poder en el mundo suelen ser bastante adeptos a las supercherías de los cultos obscuros y es sabida la cercanía a los gobiernos de una gran cantidad de personajes ligados al ocultismo y a las sectas religiosas

(**) Indiscutible lenguaje de plazoleta, bastante vulgar, pero nunca mejor aplicado para la coyuntura. No me imagino a Chávez en este momento diciendo: váyanse al diablo norteamericanos malvados. Por favor.

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