22.1.13

LA EXCOMUNION FINAL DE LAS MELANCOLIAS

Capitulo 3- Introito en nicotinismo al tema del amor
Todos tenemos conceptos ajenos y propios, 
lúcidos e inapropiados, del amor,
yo lo concebí en una noche de estrellas ebrias,
borrachas de tanto brindar con poesía, de tanto rayar discos escuchando a Sabina, y a Serrat o a los dos juntos, 
como pasadizos de luz por donde cruzaban dos almas que pretendían ser gemelas, que desean ser idénticas,
en el fuego de la combustión de su mezcla, 
se intercambian vidas y se aceptan cosas malas y buenas, 
se reinicia el amanecer sonriente y toman sabor las puestas de sol,
quizás ese intercambio, es necesario para proseguir viviendo,
en singulares aprendizajes que han de plenar todos los conocimientos porque el amor sólo es eterno mientras dura,
tal ves conocerte y paladear la inminente desilusión de tu tibieza
era imprescindible para llegar a ser sabio, y
entender que ninguna desdicha es lo suficientemente fuerte para vencer eso que guardas y atesoras en el corazón,
por eso creo que el amor es como lo concebí, un pasadizo de luz que cuando es el definitivo, te libera hasta hacerte inalterablemente feliz, unos de esos bichos raros que viven la vida a forro, aunque los formales, los cuerdos de atar, los sin pasión a la vela, no descifren lo que escondemos entre ceja y ceja.

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