20.12.13

DIARIO DE LA DESOCUPACIÓN



Diario de la desocupación

Página 30 - Los enanos y yo



Le pasaba también a Ludo en "Los geniecillos dominicales". 
Osea le pasaba al gran Julio Ramón Ribeyro ("Ludo se daba cuenta que su vida estaba llena de enanos que le jugaban malas pasadas")
Y es raro porque normalmente no tengo nada contra los enanos, chatos, suchos, retacos, medio metro, cuarto de pollo, churupacos además.
Si me tratan de morder, llegan como cualquier perro chico como una especie de humano toy a jalonearme el pantalón por los tobillos, y cuando me cruzo con alguno evito cercanías que me obligan a mirarlos desde arriba (como se observan a los insectos con lupa), o darles golpes como que por casualidad les acierte un debido rodillazo en la frente.
A mi los chatos me parecen hombres incompletos que se quedaron a medio camino entre la adolescencia y la juventud, sin desarrollo de las gonadas, por eso la mayoría son medio lampiños, salvo los de los libros de Tolkien que son enanos barbudos y valientes y no cobardes como los que me tocan en suerte en este ruedo cotidiano en donde hay que torear novillos que encima carecen de vello púbico.
No les puedo pegar porque es como maltratar un niño.
No les hablo ni les explico nada porque no soy profesor de kinder.
No me acostumbré nunca a ningún tipo de intrigas y no hay chato que no sea intrigante en aras de su alicaído ego.
Sexualmente son graciosos, porque siempre en el acto pareciera que estan naciendo o que los estan pariendo. Y les gustan las grandotas.
Va a parecer que tengo algo contra los chatos, nada, no ocupan espacio, no hacen sombra, suelen no ser muy listos, (por falta de concentración) y sus odios son los odios que me hacen sentir Gulliver comiéndoselos en el desayuno bañados en miel de maple.
Queridos, yo no encogí a nadie, por qué tanto resentimiento? si tan solo nos separan, algunas malas noches orgiásticas, cigarrillos y pilas de libros.

HDP

No hay comentarios:

Publicar un comentario

HABLA JUGADOR