Sábado 31 de Enero, 2009
por Fernando Valencia
Al correo de Pepitas, llegó la denuncia que a continuación publicamos. Pepitas pudo verificar (por lo menos con dos de los firmantes) que no se trata de un correo apócrifo (para no volver a patinar) Se trata de una grave denuncia que tiene que ver con un maltrato laboral a colegas periodistas. Esperamos que Martín Belaúnde y Gustavo Barnechea rectifiquen la situación y busquen una salida conciliada.
A LA OPINION PUBLICA
Por intermedio del presente comunicado los periodistas abajo firmantes denunciamos ante la opinión pública y los medios de comunicación a la empresa MAB Editorial SAC –propiedad de Martín Belaúnde Lossio, en sociedad con Gustavo Barnechea García- la misma con la que firmamos contrato de trabajo el 01 de setiembre del 2008 para la realización de dos proyectos periodísticos. Sin embargo, desde ese tiempo las irregularidades administrativas y los abusos laborales se han repetido constantemente hasta dejarnos en el abandono total y con la consecuente deuda en nuestros haberes.
Los firmantes creímos, en un inicio, que se trataba de un proyecto revestido de seriedad y por ello optamos por dejar nuestros anteriores trabajos y la estabilidad de nuestras familias, pero el paso de los meses nos demostró lo contrario. El maltrato recibido de parte del Martín Belaúnde Lossio nos hizo establecer una denuncia en el Ministerio de Trabajo, situación que también ha obviado el referido personaje.
Las irregularidades pueden resumirse en lo siguiente:
- Emisión de cheques sin fondo- Descuentos en nuestros haberes mensuales que jamás se convirtieron en aportes (Seguro Social, AFP, etc)
- Contratos firmados que nunca fueron refrendados en el Ministerio de Trabajo
- No pago de gratificación de diciembre ni depósitos de CTS
- Reiteradas promesas de pago jamás cumplidas.
La situación se convirtió en caótica cuando empezaron a llevarse los equipos y computadoras de la redacción –ubicada en Paseo de La República 5639, Miraflores- sin aviso previo y encima se produjo el corte definitivo de luz y agua, hecho que aún persiste. Es más, desde hace dos semanas hemos sido impedidos de ingresar a las oficinas y Martín Belaúnde y su socio Carlos Fujikawa no dan la cara ni explican la situación.
Los periodistas firmantes exigimos respeto y el cumplimiento del contrato laboral, con el pago inmediato de los haberes adeudados y la correspondiente liquidación según ley.
Rubén Marruffo Carranza, Jorge Gonzales Villamar, Claudio Chaparro Manrique, Luis Cabellos Gárate, Iván Cortéz Vargas, Daniel Muñoz Sánchez, Daniel Apuy Pérez, Sengo Pérez Da Silva, Daniel Peñaloza Collao, Luis Rivera De Laudi, Víctor Zaferson Mendoza, Carlos Yépez Espejo, José Madueño, José Bravo Valdez, Bruno Ortiz Jaime, Jaime Vásquez Galindo, Luis Gavancho Salvatierra.
ACLARACION. El colega Carlos Noriega nos envió un correo asegurando que su nombre fue incluido en este comunicado sin consultársele.
Al correo de Pepitas, llegó la denuncia que a continuación publicamos. Pepitas pudo verificar (por lo menos con dos de los firmantes) que no se trata de un correo apócrifo (para no volver a patinar) Se trata de una grave denuncia que tiene que ver con un maltrato laboral a colegas periodistas. Esperamos que Martín Belaúnde y Gustavo Barnechea rectifiquen la situación y busquen una salida conciliada.
A LA OPINION PUBLICA
Por intermedio del presente comunicado los periodistas abajo firmantes denunciamos ante la opinión pública y los medios de comunicación a la empresa MAB Editorial SAC –propiedad de Martín Belaúnde Lossio, en sociedad con Gustavo Barnechea García- la misma con la que firmamos contrato de trabajo el 01 de setiembre del 2008 para la realización de dos proyectos periodísticos. Sin embargo, desde ese tiempo las irregularidades administrativas y los abusos laborales se han repetido constantemente hasta dejarnos en el abandono total y con la consecuente deuda en nuestros haberes.
Los firmantes creímos, en un inicio, que se trataba de un proyecto revestido de seriedad y por ello optamos por dejar nuestros anteriores trabajos y la estabilidad de nuestras familias, pero el paso de los meses nos demostró lo contrario. El maltrato recibido de parte del Martín Belaúnde Lossio nos hizo establecer una denuncia en el Ministerio de Trabajo, situación que también ha obviado el referido personaje.
Las irregularidades pueden resumirse en lo siguiente:
- Emisión de cheques sin fondo- Descuentos en nuestros haberes mensuales que jamás se convirtieron en aportes (Seguro Social, AFP, etc)
- Contratos firmados que nunca fueron refrendados en el Ministerio de Trabajo
- No pago de gratificación de diciembre ni depósitos de CTS
- Reiteradas promesas de pago jamás cumplidas.
La situación se convirtió en caótica cuando empezaron a llevarse los equipos y computadoras de la redacción –ubicada en Paseo de La República 5639, Miraflores- sin aviso previo y encima se produjo el corte definitivo de luz y agua, hecho que aún persiste. Es más, desde hace dos semanas hemos sido impedidos de ingresar a las oficinas y Martín Belaúnde y su socio Carlos Fujikawa no dan la cara ni explican la situación.
Los periodistas firmantes exigimos respeto y el cumplimiento del contrato laboral, con el pago inmediato de los haberes adeudados y la correspondiente liquidación según ley.
Rubén Marruffo Carranza, Jorge Gonzales Villamar, Claudio Chaparro Manrique, Luis Cabellos Gárate, Iván Cortéz Vargas, Daniel Muñoz Sánchez, Daniel Apuy Pérez, Sengo Pérez Da Silva, Daniel Peñaloza Collao, Luis Rivera De Laudi, Víctor Zaferson Mendoza, Carlos Yépez Espejo, José Madueño, José Bravo Valdez, Bruno Ortiz Jaime, Jaime Vásquez Galindo, Luis Gavancho Salvatierra.
ACLARACION. El colega Carlos Noriega nos envió un correo asegurando que su nombre fue incluido en este comunicado sin consultársele.
FUENTE. PEPITAS.COM
¿ Y qué fue del combativo Maestro César Lévano que denuncia lo que pasa en Panamericana Televisión pero se calla lo de su propia casa ?
¿ Sabrà de estas cosas César Hildebrandt ?
Definitivamente sería bueno saber sus opiniones sobre este espìnoso asunto porque criticar a Don Genaro es fácil, casi de huacho papaya, pero meterse con el que nos firma el chequeman es medio complicado. Veremos hasta donde dan los revolucionarios y los fiscalizadores.
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